domingo, 16 de septiembre de 2012

Anécdota de Charles Chaplin


La anécdota de hoy dicen que sucedió en Montecarlo. Verán, andaba Charles Chaplin por la calle, cuando le llamó la atención que en un local se había convocado un concurso de imitadores de ¡él mismo! No lo dudó. Sin revelar su identidad, se apuntó y pronto se vio rodeado de otras seis personas que iban vestidas como él solía hacer. El concurso se desarrolló y lo curioso es que Charlot ¡terminó el tercero! Tras la entrega del premio cuentan que felicitó al ganador diciéndole que le podía jurar que actuaba mejor que el propio Charlot. ¡Y tanto! Tras esto se marchó sin decir a nadie quién era.


Uno puede pensar que la vestimenta típica de Charlot era fruto de algún tipo de estudio de imagen para hacer reir a la gente que llevaría su tiempo. Pero la realidad no es esa, Charlot andaba de esa guisa, por pura casualidad. Lo pueden comprobar en esta cita:
Mark Sennet contrató a Charle Chaplin porque le vio representar una opereta en un teatrucho londinense. Cuando Charles llegó a Hollywood le dijeron que si quería empezar a trabajar y cobrar fuese al vestuario para que apareciese de extra en una película de Arbuckle. Chaplin fue al vestuario y no había nadie. Así que cogió un chaqué que estaba en el cubo de la basura, un bombín del suegro de Arbuckle, al que tenía gran estima, y unos pantalones del propio Arbuckle, donde cabían dos Chaplin. Zapatos no encontró de su talla así que cogió unos del número cuarenta y ocho. Salió al plató y arrancó un tronco de caña de una maceta para que le sirviese de bastón. Cuando Sennet lo vió se echó a reír y le dijo te falta algo, le puso un bigote falso. Así nació Charlot, gracias al genio de Chaplin, y al buen ojo y sentido del humor de Sennet.
Fuente: http://gkaplan.iespana.es/gkaplan/enlaces/anec2.htm

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