miércoles, 23 de septiembre de 2015

Método mnemotécnico eficaz para generar y recordar contraseñas



El matemático de origen venezolano Manuel Blum creo un método mnemotécnico para generar contraseñas para sus cuentas de Internet, ya que, que no recordaba ni una sola de sus contraseñas, pero sí que conocía muy bien el algoritmo que había creado para generarlas, y con eso le bastaba.


 El método
El matemático afirma que lo primero que hay que hacer es saber qué código se va a utilizar. Como las contraseñas piden las letras del abecedario y los números, está claro que pueden ser las 27 del abecedario y los números que van del 0 al 9. A continuación hace falta representar todos estos carcteres en un espacio. Lo más lógico y fácil para un usuario de Internet es que esa representación sea su teclado. Pero también podría servir un abecedario infantil que incluyera números. Pero mejor vamos a seguir con el ejemplo del teclado qwerty.

Lo siguiente es elegir un método de elección de letras y números. Blum usa el método de la brújula para guiarse: primero elige una tecla al norte, luego otra al este, luego otra al sur y por último, otra al oeste, siguiendo el movimiento contrario al de las manijas de un reloj.
 Blum toma las letras que conforman el nombre de la página web que le pide la contraseña para generar y recordar la clave. Por ejemplo, para acceder a Facebook, primero se fija en la letra ‘F’ del teclado y pone en funcionamiento el método de la brújula. ¿Qué está al norte de la ‘F’? La ‘R’. ¿Qué letra está al este de la ‘A’? la ‘D’. ¿Qué está al sur de la ‘C’? Aquí estaría la barra espaciadora, pero contaría el número 4, porque volveríamos a empezar desde arriba. ¿Qué está al oeste de la ‘E’? La ‘W’. Así hasta completar la palabra entera que le serviría de password: ‘RD4EHILJ’.

Si la web nos pide distinguir entre mayúsculas y minúsculas, podemos poner en mayúscula la primera letra. Si hace falta poner un símbolo, Blum se decanta por ponerlo al final y que siempre sea el mismo. De esta forma siempre tendremos una contraseña rarísima que solo nosotros recordaremos. ¿Complicado? La primera vez puede parecerlo, pero tras tres contraseñas, es un juego de niños (pero muy seguro y fiable).
 Fuente: https://es.finance.yahoo.com/blogs/fintechnologiayredeses/%C2%BFcansado-de-memorizar-contrase%C3%B1as--un-matem%C3%A1tico-ha-encontrado-un-truco-para-generarlas-y-reocordarlas-sin-esfuerzo-160414028.html

 CÓDIGO MNEMOTÉCNICO

domingo, 20 de septiembre de 2015

OIR EL MAR EN UNA CARACOLA

Que hay de cierto en la  creencia popular que cuando se pone la oreja en una caracola se oye el mar, pero nada más lejos de la realidad científica. Vean lo que dice la Wikipedia a este respecto:


Existe un mito popular que si uno toma una
concha y se la acerca a la oreja, se puede escuchar el sonido del mar.


El sonido que se escucha es en realidad el ruido del entorno, resonando dentro de la cavidad de la concha. El mismo efecto se puede producir con cualquier cavidad resonante, como un vaso vacío, o incluso simplemente de captación a lo largo de la oreja. La similitud de los ruidos producidos por el resonador a la de los océanos, se debe a la semejanza entre los movimientos de los océanos y el flujo de aire.


El resonador es simplemente un amplificador de algunas frecuencias existentes en el medio ambiente, incluyendo el aire que fluye dentro del mismo. Asimismo con un resonador se podrían captar los sonidos originados en el propio cuerpo humano, y atenuar otros.


El oído humano capta los sonidos producidos por el cuerpo humano, como la sangre que fluye, los músculos de la actuación e incluso el aire se filtra a través de la cera del oído. Estos sonidos son normalmente desechados por el cerebro, sin embargo, se hacen más evidentes cuando se filtran los sonidos externos más fuertes. Este efecto produce la oclusión con conchas marinas, vasos, o manos extendidas sobre los oídos, y también con auriculares circulares, cuyas copas forman un sello alrededor de la oreja, aumentando la impedancia acústica de los sonidos externos

domingo, 13 de septiembre de 2015

Origen de la palabra coche

La historia apunta hacia los siglos XV y XVI, cuando empezó a hacerse muy popular la ciudad húngara de Kocs, situada a unos 70 kilómetros de Budapest, (entre Viena y Pest). Kocs se convirtió en parada obligada para todos los viajes entre estas dos capitales. De esta manera se empezó a hacer muy común el uso de un carruaje caracterizado por ser el único provisto de un sistema de suspensión para dichos viajes. Además, destacaba por su comodidad frente a los carruajes tradicionales. Así comenzó a hablarse del kocsi szekér, o sea el ‘carruaje de Kocs’, símbolo de la excelencia.
De esta forma, el término kocsi pasó al alemán como kutsche, al italiano como cocchio y al español como coche.
En serbocroata, se dice kocsikázik para designar la acción de dar un paseo en coche. Por tanto, la palabra coach (coche) es de origen húngaro. Designaba un vehículo tirado por animales para transportar personas, tal y como declara Luis de Ávila en 1548 (Guerra de Alemania):
“Se puso a dormir en un carro cubierto, al que en Hungría llaman coche”.
De la ciudad Kocs, se formó la palabra kocsi (pronunciada cochi). En una obra de Fonseca de 1569, “coche” aparece integrada en el léxico español, según atestigua el Diccionario de Autoridades (1729, s. v.).

domingo, 6 de septiembre de 2015

Aquí hay gato encerrado

Usamos mucho la expresión “Aquí hay gato encerrado”. Pero ¿de dónde viene?
Pues hay que mirar a los siglos XVII y XVIII, en los que se llamaba al monedero actual gato. De hecho muchos de ellos estaban hechos con piel de gato…
Obviamente lo normal era llevarlo bien escondido entre los amplios ropajes de la época.
En el lenguaje de los delincuentes, cuando se identificaba a una posible víctima de un atraco, decían entre ellos, que esa persona “llevaba gato encerrado”, refiriéndose al monedero escondido…

Según el Diccionario de la Real Academia Española, la frase "haber gato encerrado" significa haber causa o razón oculta o secreta, o manejos ocultos; en definitiva, tratar de esconder algún secreto o no querer que se sepa alguna cosa. 

¿Qué significa aquí hay gato encerrado?

“Aquí hay gato encerrado” es un conjunto de palabras utilizadas para expresar pensamientos de sospecha o de no estar totalmente de acurdo con lo que se está expresando o con el acto que se está ejecutando, ejemplo: “el día de hoy observe un acto político donde se declararon fondos hacia el sector público, pero los datos no son coherentes, creo que aquí hay gato encerrado”.
Cuando una persona desea expresar su insatisfacción o le surgen dudas sobre cierta tarea y no desea que se le crea un inapropiado puede esquivar el golpe de ser demasiado franco a través de frases como la antes mencionada.
Usar la palabra "gato" por bolsón o bolsillo de dinero es habitual en todo nuestro Siglo de Oro. Debió ser una expresión muy generalizada, utilizada por autores como Cervantes, Lope de Vega y Quevedo, entre otros muchos.
Tanto se usó en lenguaje popular la palabra "gato" por bolsón de dinero que existen numerosos refranes y expresiones familiares en las que se nombra a este animal doméstico, como "¡Buen gato tendrá!" o "No sabe el avaro dónde maullarán sus gatos".