La palabra piropo viene del griego pyropus,
que significa "rojo fuego". ... Los romanos tomaron esta palabra de los
griegos, y la usaron para clasificar piedras finas (granates) de color
rojo (rubí). El rubí simbolizaba al corazón, y era la piedra que los
galanes regalaban
Hoy la palabra piropo sólo se usa en el sentido de cumplido o de frase
halagadora que dirige, normalmente, un hombre a una mujer. Sin embargo,
antiguamente el piropo era una
variedad de granate de color rojo fuego, muy apreciada como piedra fina. O sea, una
joya.
Tanto Calderón como Quevedo la usaron figuradamente como metáfora de
decir palabras bonitas y con este significado pasó al diccionario en
1843. Después, el verbo piropear fue admitido en 1925.
Historia del piropo
Hace
casi ocho siglos, según cuenta la historia, a los honorables miembros
de la corte real no se les permitía desbordarse publicamente en
pasiones. Esa era una conducta del vulgo pensaba la realeza. Su
alternativa según propuso el Rey, entonces, era enamorar con las
palabras seductoras y filiales, que "declaraban con firmeza su amor en
este mundo y sino, en el otro". En otras palabras comenzaba a
desarrollarse el arte de la seducción con las palabras.
Así, los
cortesanos de los siglos XII y XIII se convirtieron en unos encantadores
de mujeres, dentro de las restricciones propias de su mundo y su
cultura, para poder enamorar y consumar su amor.
Desde
entonces, se dice que "la mujer se enamora por los oídos", como los
hombres "por los ojos" ¿Será verdaderamente así? Bueno ustedes me
imagino que sabran...
El
piropo es una manifestación expresiva ingeniosa, popular y callejera
conocida en toda Latinoamérica. Para que exista hacen falta un hombre,
una mujer, y el deseo de que ella se entere de lo que para él inspira su
apariencia y actitud al pasar. Luego, todo dependerá del piropeador
para hacer que esa frase en voz alta sea ingeniosa o divertida.
Veamos
una escena típica en las calles de mi pueblo Río Piedras. Una bella
dama camina por la acera y a su izquierda cinco obreros la ven pasar y
ninguno de ellos puede quedarse con su boca cerrada ante ese recreo
laboral. Todos le dicen algo pero entre el murmullo sólo se distingue
una voz que le grita, desde un lugar más alto, “¿Ay madre, dónde venden los números para ganarse este premio?”. Ella sigue de largo pero no puede disimular la sonrisa que le provocó esa última frase.
Yo
creo que ya casi se puede decir que eso fue en otros tiempos, y para
muchos el piropo ya es algo fuera de moda. Pero en cambio, hay otros
que los siguen profesando, que se sienten bien al expresar su admiración
por quien al menos por un minuto, roba su atención al cruzar la calle o
toparse de frente a frente en el momento inesperado.
Origen de la palabra Piropo
Según cuenta la historia, la palabra piropo
es de origen griego: pyropus, que significa rojo fuego. Los romanos la
tomaron y usaron para clasificar piedras finas llamadas granates, de
color rojo rubí. El rubí simbolizaba al corazón, y era la piedra que los
galanes le regalaban a la cortejada. Quienes no tenían plata para los
rubís les regalaban lindas palabras.
A principios del siglo
XVII, se usó con frecuencia en tratados y poesías como símbolo de lo
brillante y comparándolo con alabanzas para una mujer bonita. En sentido
literario, era sinónimo de chispazo, fogonazo de ingenio, la palabra
encendida.
Yo te diré
El piropo es callejero,
improvisado, ocasional, una costumbre oral y popular. Halaga a la mujer
y la hace sentir orgullosa de si misma. Sólo cuando forma parte de un
proceso de conquista y enamoramiento es entonces el primer eslabón de un
ritual amoroso.
El
enunciado de estos piropos es el querer algo de alguien como una
condición previa a la acción entre el yo y el otro que estructura el
enunciado del ser y del hacer: “ quisiera que fueses…”, “quisiera ser…”.
Los ejes semánticos giran entre la afirmación y la negación, entre
suposiciones contrarias o complementarias.
Aunque algo
distorsinado y perdiendo espacio, generador de una sonrisa incrédula, el
piropo es una costumbre de habla hispana que –para bien o para mal-
siempre quedará en el inconsciente colectivo y que nunca, pero nunca,
pasará desapercibido.
Fuente:http://elrincondeantoniomc.blogspot.com.es/2012/04/historia-del-piropo-hace-casi-ocho.html
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