Antes
se coge al mentiroso que a un cojo
Ideas clave: Falsedad
Significado: Se descubre pronto y con suma facilidad al que miente porque
incurre en inexactitudes o contradicciones. Se suele emplear este refrán cuando
se descubre al mentiroso.
Marcador de uso: Poco usado
Observaciones: Toman antes al mentiroso que al que coxquea (La Celestina XVII).
Recuérdese el refrán Para ser mentiroso hay que ser memorioso. La
paremia La mentira tiene los pies cotos tiene variantes como La
mentira tiene las patas muy cortas o La mentira tiene cortas las piernas
(Correas1627 L432).
Cuentan en unas de esas historias que circulan por Internet que había una vez una pandilla de cinco estudiantes universitarios de economía que tenían al día siguiente el examen final de la última asignatura que les quedaba para acabar su carrera. Habían estudiado bastante y se sentían fuertes de cara al examen, por lo que la noche antes decidieron salir de la residencia estudiantil a tomar una cerveza, cosa de pocos minutos.
Pero tras esa cerveza el ambiente se fue calentando y vino otra y después otra y ya puestos decidieron salir al centro de la ciudad a tomarse una copichuela. Total, que al final cogieron una cogorza de las que hacen época. Tan fuerte, que olvidaron por completo que tenían el examen a las ocho de la mañana y a esa hora estaban durmiendo la mona en un banco del parque más cercano.
Cuando se despertaron sobresaltados se dieron cuenta de que no llegaban al examen que ya había incluso terminado, por lo que muy nerviosos y azorados se ducharon, se tomaron muchos cafés, se vistieron impecablemente y urdieron una excusa para decirle al profesor.
Cuando llegaron al despacho del catedrático pusieron caras dramáticas y uno de ellos que hizo de portavoz empezó a decir que sentían muchísimo no haberse presentado, que habían cogido el coche para ir a estudiar a la casa de campo de uno de ellos fuera de la ciudad para que nadie les molestara y que esa mañana muy temprano cuando volvían se les había pinchado una rueda del coche en el que iban todos en un lugar deshabitado. Se habían dado cuenta entonces de que no llevaban herramientas y de que encima los pocos coches que pasaban no les habían querido echar una mano hasta que varias horas después habían conseguido ayuda.
El profesor les miraba con cara de póker y los estudiantes empezaron a pensar que no les estaba creyendo, pero su corazón saltó de gozó cuando al cabo de un rato de meditar y de mirarles de arriba abajo el profesor les dijo:
- "Muy bien, de acuerdo, os doy la oportunidad de repetir la prueba mañana".
Los estudiantes se abrazaron entre ellos en cuanto salieron del despacho pensando que habían conseguido engañar al profesor y se fueron a estudiar durante toda la noche. A la mañana siguiente les extrañó que el profesor les dijera que sólo había una condición para repetir el examen y que ésta era ni más ni menos que cada uno tendría que examinarse en un aula distinta de la de los otros. No vieron inconveniente y aceptaron.
El profesor le dio a cada uno la hoja con las cuestiones que sólo tenía dos preguntas. Todos miraron rápidamente la primera pregunta que decía: "Por cinco puntos de la nota hábleme de alguna teoría de Keynes que conozca". Los cinco se frotaron las manos, aquella pregunta era realmente muy fácil, podrían escribir todo el día sobre eso y valía 5 puntos, así que aprobaban seguro. Entonces casi todos a la vez miraron ya con mucha tranquilidad la segunda pregunta que cuando la leyeron curiosamente les aterrorizó y se dieron cuenta de que habían suspendido:
- "Por 95 puntos de la nota, dígame exactamente cuál de las cuatro ruedas fue la que se pinchó".
El
engaño exige primero el apoyo de la verdad que se quiere disimular. Esta contradicción
subyace en la persona y, en el discurso del sujeto, irrumpe la verdad como
equivocación en forma de lapsus (decimos una palabra en lugar de otra, decimos
algo 'sin querer'...), de acto fallido (tropiezos, pérdida de objetos, coger
una cosa en lugar de otra...), olvidos...que nos delatan. Estas pequeñas
señales que pueden pasar desapercibidas o disfrazarlas de casualidad son,
gracias a los aportes del psicoanálisis, una vía al inconsciente (aunque ya la
literatura , la poesía y el cine se hacen uso de estos 'errores' para expresar
la verdadera intención en forma poética).Porque la persona siempre dice más de
lo que quiere decir y manifiesta algo más verídico que todo lo que expresa.
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