En opinión de Hans
Joachim "John" Schellnhuber, fundador y director del Instituto
Postdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK) y director del Consejo
de Asesores Alemán sobre el Cambo Climático (WBGU), el panorama será realmente
desolador si tal incremento en la temperatura llega a darse.
Para Schellnhuber, la capacidad del planeta para albergar humanos en caso de una subida media de 4 grados en las temperaturas se reduciría a "menos de 1.000 millones de personas".
"Para la humanidad es cuestión de vida o muerte... [un aumento así] no conducirá a la extinción del ser humano, ya que unos pocos afortunados, con los recursos adecuados, podrán desplazarse a las partes apropiadas del planeta y sobrevivir. Pero creo que es extremadamente improbable que evitemos una mortandad masiva con cuatro grados de aumento".
El profesor y climatólogo australiano David Karoly dará a conocer esta semana un documento, junto a otros colegas, en el que hablan del escenario que una subida de 4 grados traería a la isla continente.
"Estamos desencadenando el infierno en Australia. Cuatro grados es mucho peor que dos. La disponibilidad de fuentes de agua se reducirá en el cauce del sistema fluvial Murray-Darling, y las precipitaciones se reducirán a la mitad en Australia, duplicando las sequías y el riesgo de incendio. Los niveles del mar subirán 1.1 metros en el 2100, incrementándose hasta los 7 metros con el paso de los siglos incluso aunque cese el calentamiento global. La gran barrera de coral se morirá y la industria del Sky en Australia desaparecerá".
Otro de los expertos, David Spratt, ha escrito recientemente sobre las implicaciones de un aumento en las temperaturas de cuatro grados. "El mundo será más caliente que nunca en la historia de la evolución del hombre".
En su opinión el punto de no retorno será una subida de tres grados. En ese punto ya no podremos intervenir para reducir las temperaturas en el ciclo de vida de una única generación. Spratt cita en su artículo al experto de la NASA James Hansen, que cree que el evento exterminaría a una gran porción de las especies animales del planeta. La mitad del planeta sería inhabitable, y los ecosistemas oceánicos y la cadena trófica se colapsarían.
Lo dicho, realmente un panorama apocalíptico. Esperemos que nuestros gobiernos comiencen a escuchar y empecemos a actuar cuanto antes. Incluso si las predicciones de estos expertos resultan exageradas, no perdemos nada reduciendo las emisiones de gases invernadero.
Fuente: Miguel Artime http://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-de-ciencias/cuatro-grados-m%C3%A1s-o-c%C3%B3mo-decir-adi%C3%B3s-casi-161726996.html
No obstante, un estudio de centro de investigaciones Sociológicas (CIS) publicado en enero concluye que a pesar de esta creciente preocupación, los españoles todavía suspenden en conciencia ecológica. "El ciudadano ecológico español no existe", dice taxativamente el informe del CIS. En la investigación sobre "ciudadanía y conciencia medioambiental en España" se afirma que la creciente aceptación de valores medioambientales por parte de los ciudadanos españoles "no encuentra correspondencia en el desarrollo de prácticas y estilos de vida sostenibles". Dicho de otro modo: "Se ve claramente una brecha entre la conciencia ecológica y la práctica ambiental".
No obstante, las últimas encuestas del CIS desvelan que, en relación con los hábitos de consumo y estilo de vida, la población se muestra mucho más concienciada. "En el terreno intermedio de las prácticas domésticas no obligatorias, como el reciclaje o el ahorro de energía, nos encontramos con una adhesión creciente, pero también escasa, indicativa de la obsolescencia de la mayor parte de las costumbres domésticas españolas", explican los autores del informe.
Uso racional de la energía
La energía es motor de la vida diaria. El uso energético requiere recursos cuyo aprovechamiento impacta de manera negativa en el medio ambiente. De ahí que sea necesario optar por un sistema energético que minimice estos efectos, y que a la vez garantice la actividad industrial, social, agrícola... y también en el hogar.
Una parte considerable del consumo energético se produce en el hogar y cada vez son más las personas conscientes del de su capacidad para ahorrar recursos y dinero. Los consumidores pueden hacer mucho a través de sus hábitos de vida. Pueden y deben ejercer su responsabilidad individual a la hora de cuidar y mejorar nuestro entorno.
Casi un 10% de la energía que se consume en casa se derrocha, lo que supone una pérdida aproximada de 400 millones de euros al año en los hogares andaluces. Apagar todas las luces antes de acostarse, cubrir las rendijas para impedir la fuga de energía, usar la lavadora y el lavavajillas a plena carga, o utilizar elementos de sombreado para evitar el calor (toldos, persianas, porches...) son pequeñas medidas con las que los ciudadanos podrían evitar hasta un 40% de esas pérdidas de energía.
La energía que malgastan tan sólo 10 hogares en un año serviría para ver más de 100.000 horas de televisión, poner más de 5.000 veces la lavadora a plena carga o utilizar el frigorífico durante 15 años. Vale la pena, con económico. Sin que nos demos cuenta gastamos mucha energía y, en bastantes casos, la derrochamos, incrementando nuestra factura eléctrica y el gasto en combustible yendo solos en el coche al trabajo, dejando el ordenador todo el día encendido, apagando la tele con el mando a distancia?
Los equipos de alta eficiencia energética pueden ser de gran ayuda para el ahorro en el consumo. El que más consume es el frigorífico, porque permanece encendido 24 horas. Por eso, es muy importante fijarse en su etiqueta energética y elegirlo de clase 'a' o superior cuando se vaya a comprar uno nuevo, la misma clasificación que deberían tener todos los electrodomésticos de casa. Un frigorífico de clase 'a++' consume en 15 años el equivalente a 503 euros frente a uno de clase 'g' que consume 2.094 euros.
Hay que procurar encender las luces sólo cuando sea necesario. Y al hacerlo, que sean de bajo consumo ya que gastan hasta un 80% menos que una bombilla incandescente. Aunque no lo parezca, los aparatos en 'standby', los que se dejan con el piloto rojo encendido, gastan más del 5% de la energía eléctrica que se consume en casa. Para apagarlos completamente de una vez, pueden utilizarse bases de conexión múltiple con interruptor.
Igualmente, cuando no vayamos a utilizar el ordenador durante periodos cortos podemos apagar solamente la pantalla, con lo que ahorraremos energía. Si se prevén ausencias superiores a 30 minutos, es preferible apagarlos completamente. Y sin olvidar que el salvapantallas que menos energía consume es el de color negro.
Algo que sube el consumo sin darnos cuenta es el aislamiento de las ventanas. Entre el 25% y el 30% de las necesidades de calefacción y frío se deben a pérdidas a través de ellas. Es importante comprobar que cierran bien y, si es posible, incluir ventanas más eficientes
El cualquier caso, la mayor parte de la demanda energética proviene del transporte. Si no queda más remedio que coger el coche, lo mejor es compartirlo con algún compañero para ir al trabajo y aplicar los consejos de la conducción eficiente, como por ejemplo, levantar el pie del acelerador al acercarnos a una rotonda o circular en la marcha más larga posible. Con ellos, el ahorro rozará los 200 euros anuales en combustible, amén de evitar emisiones contaminantes.
Introducir más biocombustibles al repostar es otra forma de ahorrar. Hoy en día existe el biocarburante (bioetanol o biodiesel), mezclado o aditivado en la gasolina y gasoil convencional en proporciones inferiores al 5% en volumen. Pero se le puede añadir hasta el 10% para los motores de gasolina y hasta el 30% para los de diesel, en las biogasolineras que existen.
La 'huella de carbono'
Estos pequeños gestos de ahorro ayudan a reducir nuestra 'huella de carbono', un concepto extremadamente útil para conocer el impacto que nuestra actividad diaria tiene en las emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal responsable junto al metano del efecto 'invernadero' que está recalentando el planeta y provocando cambios en el clima.
En la actualidad, son muchas las instituciones que ofrecen en la red calculadoras capaces de establecer nuestra 'huella' como consumidores. Desde que suena el despertador e incluso antes, mientras se duerme, el ser humano está generando impactos sobre el planeta que pueden cuantificarse.
REDACCIÓN, IGNACIO A. CASTILLO
Cinco simples consejos para reducir la factura de la luz
-Desconectar los aparatos cuando no se estén usando. El consumo energético de los sistemas en espera (standby) a lo largo del año supera en casi tres veces el consumo de los equipos de refrigeración empleados en verano, según el informe Análisis del consumo energético del sector residencial en España, elaborado por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDEA). En ese sentido, hay que apagar los aparatos que no se estén utilizando. Una posibilidad para facilitar el desenchufado consiste en conectar todos los equipos (Dvd, video, TDT, etc) a "ladrones" con un único botón de apagado.
-La calefacción, a temperatura constante. La calefacción supone uno de los principales gastos energéticos de los hogares españoles, pues significa casi la mitad (47%) del consumo energético de una vivienda. En ese sentido, trucos como mantener la temperatura constante puede aportar un ahorro del 7%, según la empresa Reparalia. En general, basta con que la temperatura en invierno se sitúe en torno a los 18-20 grados durante el día y entre 15 y 17 grados, por la noche. Cada grado de más supone incrementar el consumo energético un 7%, según Ecologistas en Acción. Cerrar los radiadores si se está fuera de casa más de un día también es una medida conveniente.
-Aislar puertas y ventanas contra las pérdidas de calor. Medidas tan sencillas como cerrar las cortinas y persianas o colocar tiras adhesivas, masilla o silicona en puertas y ventanas permite un aislamiento rudimentario muy fácil de acometer, si no se cuenta con el presupuesto para instalar puertas y ventanas de PVC y doble acristalamiento.
Otro truco eficaz para mantener el calor es colocar los radiadores a los pies de las ventanas. De esta forma, se crea una cortina de aire caliente que atenúa la exposición al frío exterior.
-Rebelión en la cocina. En la cocina se utiliza la electricidad de forma intensiva, por lo que un conjunto de sencillos gestos (por pequeños que nos parezcan) pueden aportar un 'pellizco' de ahorro si se suman en el conjunto del año. Para empezar, hay que plantearse si necesitamos que algunos de los útiles que empleamos sean eléctricos (abrelatas, cuchillos, etc), o si podemos 'apañarnos' con su versión manual. Asimismo, es útil emplear las tapaderas y utilizar la olla exprés para reducir el tiempo de encendido de la cocina. Asimismo, el calor residual puede ser otro truco, empleado inteligentemente, pues los alimentos siguen cocinándose en el horno o la vitro cerámica, después de apagado del fuego. Lo mismo sucede con la plancha. En cuanto al frigorífico, no es necesario tener una potencia demasiado elevada, pues los alimentos se conservan bien entre los 3 y 5º C. Por otro lado, la lavadora gasta menos electricidad cuando lava en frío. Asimismo, hay que recordar que el microondas consume menos energía que una 'vitro' al calentar alimentos como un vaso de leche.
-Eficiencia, eficiencia y eficiencia. A la hora de adquirir electrodomésticos, conviene seleccionar los que sean eficientes energéticamente incluso aunque su coste sea ligeramente superior (hay que tener en cuenta que puede compensarse con el gasto de energía a lo largo de toda la vida del aparato). Asimismo, hay que cambiar las viejas bombillas (a ser posible por LED), a sabiendas de que el 4% del consumo se lo lleva la iluminación de la casa. En general, un mantenimiento y limpieza óptimo tanto de bombillas como de electrodomésticos supone un aumento de la eficiencia.
CONSEJOS DE AHORRO VERDE
Cada grado menos supone un ahorro del 10%.
Apagar la calefacción 30 minutos antes de acostarse reduce la factura un 5%.
La limpieza de los filtros del aire acondicionado supone un 5% de ahorro.
Apostar por la ventilación natural.
Apostar por aparatos con certificación A.
La utilización de precocinados supone tres veces más emisiones.
Reducir el tiempo de cocción.
Poner las lavadoras llenas. Una lavadora menos a la semana reduce 20-30 kilos de CO2 al año.
Instalar contadores inteligentes para reducir el consumo eléctrico.
Apagar por completo la televisión y desenchufar el cargador de los móviles.
Reducir el brillo de la pantalla de la televisión y del ordenador.
Bombas de calor geotérmicas.
Instalar calderas o estufas de biomasa de alto rendimiento.
Sistemas combinados de producción de calor y electricidad.
Todas estos sistemas permiten ahorrar costes, son subvencionables y aportan independencia energética.
Un toldo atenúa el calor provocado por los rayos del sol.
Las fachadas oscuras atraen los rayos del sol y aumentan la temperatura para reducir el gasto en calefacción.
El suelo radiante consume un 25% menos que la calefacción tradicional.
Cambiar las bombillas por LED. Consumen un 80% y duran 10 veces más.
Utilizar canales que reflactan la luz a estancias no iluminadas.
Para Schellnhuber, la capacidad del planeta para albergar humanos en caso de una subida media de 4 grados en las temperaturas se reduciría a "menos de 1.000 millones de personas".
"Para la humanidad es cuestión de vida o muerte... [un aumento así] no conducirá a la extinción del ser humano, ya que unos pocos afortunados, con los recursos adecuados, podrán desplazarse a las partes apropiadas del planeta y sobrevivir. Pero creo que es extremadamente improbable que evitemos una mortandad masiva con cuatro grados de aumento".
El profesor y climatólogo australiano David Karoly dará a conocer esta semana un documento, junto a otros colegas, en el que hablan del escenario que una subida de 4 grados traería a la isla continente.
"Estamos desencadenando el infierno en Australia. Cuatro grados es mucho peor que dos. La disponibilidad de fuentes de agua se reducirá en el cauce del sistema fluvial Murray-Darling, y las precipitaciones se reducirán a la mitad en Australia, duplicando las sequías y el riesgo de incendio. Los niveles del mar subirán 1.1 metros en el 2100, incrementándose hasta los 7 metros con el paso de los siglos incluso aunque cese el calentamiento global. La gran barrera de coral se morirá y la industria del Sky en Australia desaparecerá".
Otro de los expertos, David Spratt, ha escrito recientemente sobre las implicaciones de un aumento en las temperaturas de cuatro grados. "El mundo será más caliente que nunca en la historia de la evolución del hombre".
En su opinión el punto de no retorno será una subida de tres grados. En ese punto ya no podremos intervenir para reducir las temperaturas en el ciclo de vida de una única generación. Spratt cita en su artículo al experto de la NASA James Hansen, que cree que el evento exterminaría a una gran porción de las especies animales del planeta. La mitad del planeta sería inhabitable, y los ecosistemas oceánicos y la cadena trófica se colapsarían.
Lo dicho, realmente un panorama apocalíptico. Esperemos que nuestros gobiernos comiencen a escuchar y empecemos a actuar cuanto antes. Incluso si las predicciones de estos expertos resultan exageradas, no perdemos nada reduciendo las emisiones de gases invernadero.
Fuente: Miguel Artime http://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-de-ciencias/cuatro-grados-m%C3%A1s-o-c%C3%B3mo-decir-adi%C3%B3s-casi-161726996.html
Trucos para ahorrar en el hogar
El calentamiento global, el cambio climático, el agujero de la capa de ozono... Son conceptos que en mayor o menor medida están presentes en la vida cotidiana de los ciudadanos, que se preocupan por el medio ambiente y la calidad de vida de hoy y la del día de mañana para sus hijos. La posibilidad de sufrir una catástrofe ecológica causa auténtico temor.No obstante, un estudio de centro de investigaciones Sociológicas (CIS) publicado en enero concluye que a pesar de esta creciente preocupación, los españoles todavía suspenden en conciencia ecológica. "El ciudadano ecológico español no existe", dice taxativamente el informe del CIS. En la investigación sobre "ciudadanía y conciencia medioambiental en España" se afirma que la creciente aceptación de valores medioambientales por parte de los ciudadanos españoles "no encuentra correspondencia en el desarrollo de prácticas y estilos de vida sostenibles". Dicho de otro modo: "Se ve claramente una brecha entre la conciencia ecológica y la práctica ambiental".
No obstante, las últimas encuestas del CIS desvelan que, en relación con los hábitos de consumo y estilo de vida, la población se muestra mucho más concienciada. "En el terreno intermedio de las prácticas domésticas no obligatorias, como el reciclaje o el ahorro de energía, nos encontramos con una adhesión creciente, pero también escasa, indicativa de la obsolescencia de la mayor parte de las costumbres domésticas españolas", explican los autores del informe.
Uso racional de la energía
La energía es motor de la vida diaria. El uso energético requiere recursos cuyo aprovechamiento impacta de manera negativa en el medio ambiente. De ahí que sea necesario optar por un sistema energético que minimice estos efectos, y que a la vez garantice la actividad industrial, social, agrícola... y también en el hogar.
Una parte considerable del consumo energético se produce en el hogar y cada vez son más las personas conscientes del de su capacidad para ahorrar recursos y dinero. Los consumidores pueden hacer mucho a través de sus hábitos de vida. Pueden y deben ejercer su responsabilidad individual a la hora de cuidar y mejorar nuestro entorno.
Casi un 10% de la energía que se consume en casa se derrocha, lo que supone una pérdida aproximada de 400 millones de euros al año en los hogares andaluces. Apagar todas las luces antes de acostarse, cubrir las rendijas para impedir la fuga de energía, usar la lavadora y el lavavajillas a plena carga, o utilizar elementos de sombreado para evitar el calor (toldos, persianas, porches...) son pequeñas medidas con las que los ciudadanos podrían evitar hasta un 40% de esas pérdidas de energía.
La energía que malgastan tan sólo 10 hogares en un año serviría para ver más de 100.000 horas de televisión, poner más de 5.000 veces la lavadora a plena carga o utilizar el frigorífico durante 15 años. Vale la pena, con económico. Sin que nos demos cuenta gastamos mucha energía y, en bastantes casos, la derrochamos, incrementando nuestra factura eléctrica y el gasto en combustible yendo solos en el coche al trabajo, dejando el ordenador todo el día encendido, apagando la tele con el mando a distancia?
Los equipos de alta eficiencia energética pueden ser de gran ayuda para el ahorro en el consumo. El que más consume es el frigorífico, porque permanece encendido 24 horas. Por eso, es muy importante fijarse en su etiqueta energética y elegirlo de clase 'a' o superior cuando se vaya a comprar uno nuevo, la misma clasificación que deberían tener todos los electrodomésticos de casa. Un frigorífico de clase 'a++' consume en 15 años el equivalente a 503 euros frente a uno de clase 'g' que consume 2.094 euros.
Hay que procurar encender las luces sólo cuando sea necesario. Y al hacerlo, que sean de bajo consumo ya que gastan hasta un 80% menos que una bombilla incandescente. Aunque no lo parezca, los aparatos en 'standby', los que se dejan con el piloto rojo encendido, gastan más del 5% de la energía eléctrica que se consume en casa. Para apagarlos completamente de una vez, pueden utilizarse bases de conexión múltiple con interruptor.
Igualmente, cuando no vayamos a utilizar el ordenador durante periodos cortos podemos apagar solamente la pantalla, con lo que ahorraremos energía. Si se prevén ausencias superiores a 30 minutos, es preferible apagarlos completamente. Y sin olvidar que el salvapantallas que menos energía consume es el de color negro.
Algo que sube el consumo sin darnos cuenta es el aislamiento de las ventanas. Entre el 25% y el 30% de las necesidades de calefacción y frío se deben a pérdidas a través de ellas. Es importante comprobar que cierran bien y, si es posible, incluir ventanas más eficientes
El cualquier caso, la mayor parte de la demanda energética proviene del transporte. Si no queda más remedio que coger el coche, lo mejor es compartirlo con algún compañero para ir al trabajo y aplicar los consejos de la conducción eficiente, como por ejemplo, levantar el pie del acelerador al acercarnos a una rotonda o circular en la marcha más larga posible. Con ellos, el ahorro rozará los 200 euros anuales en combustible, amén de evitar emisiones contaminantes.
Introducir más biocombustibles al repostar es otra forma de ahorrar. Hoy en día existe el biocarburante (bioetanol o biodiesel), mezclado o aditivado en la gasolina y gasoil convencional en proporciones inferiores al 5% en volumen. Pero se le puede añadir hasta el 10% para los motores de gasolina y hasta el 30% para los de diesel, en las biogasolineras que existen.
La 'huella de carbono'
Estos pequeños gestos de ahorro ayudan a reducir nuestra 'huella de carbono', un concepto extremadamente útil para conocer el impacto que nuestra actividad diaria tiene en las emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal responsable junto al metano del efecto 'invernadero' que está recalentando el planeta y provocando cambios en el clima.
En la actualidad, son muchas las instituciones que ofrecen en la red calculadoras capaces de establecer nuestra 'huella' como consumidores. Desde que suena el despertador e incluso antes, mientras se duerme, el ser humano está generando impactos sobre el planeta que pueden cuantificarse.
REDACCIÓN, IGNACIO A. CASTILLO
Cinco simples consejos para reducir la factura de la luz
-Desconectar los aparatos cuando no se estén usando. El consumo energético de los sistemas en espera (standby) a lo largo del año supera en casi tres veces el consumo de los equipos de refrigeración empleados en verano, según el informe Análisis del consumo energético del sector residencial en España, elaborado por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDEA). En ese sentido, hay que apagar los aparatos que no se estén utilizando. Una posibilidad para facilitar el desenchufado consiste en conectar todos los equipos (Dvd, video, TDT, etc) a "ladrones" con un único botón de apagado.
-La calefacción, a temperatura constante. La calefacción supone uno de los principales gastos energéticos de los hogares españoles, pues significa casi la mitad (47%) del consumo energético de una vivienda. En ese sentido, trucos como mantener la temperatura constante puede aportar un ahorro del 7%, según la empresa Reparalia. En general, basta con que la temperatura en invierno se sitúe en torno a los 18-20 grados durante el día y entre 15 y 17 grados, por la noche. Cada grado de más supone incrementar el consumo energético un 7%, según Ecologistas en Acción. Cerrar los radiadores si se está fuera de casa más de un día también es una medida conveniente.
-Aislar puertas y ventanas contra las pérdidas de calor. Medidas tan sencillas como cerrar las cortinas y persianas o colocar tiras adhesivas, masilla o silicona en puertas y ventanas permite un aislamiento rudimentario muy fácil de acometer, si no se cuenta con el presupuesto para instalar puertas y ventanas de PVC y doble acristalamiento.
Otro truco eficaz para mantener el calor es colocar los radiadores a los pies de las ventanas. De esta forma, se crea una cortina de aire caliente que atenúa la exposición al frío exterior.
-Rebelión en la cocina. En la cocina se utiliza la electricidad de forma intensiva, por lo que un conjunto de sencillos gestos (por pequeños que nos parezcan) pueden aportar un 'pellizco' de ahorro si se suman en el conjunto del año. Para empezar, hay que plantearse si necesitamos que algunos de los útiles que empleamos sean eléctricos (abrelatas, cuchillos, etc), o si podemos 'apañarnos' con su versión manual. Asimismo, es útil emplear las tapaderas y utilizar la olla exprés para reducir el tiempo de encendido de la cocina. Asimismo, el calor residual puede ser otro truco, empleado inteligentemente, pues los alimentos siguen cocinándose en el horno o la vitro cerámica, después de apagado del fuego. Lo mismo sucede con la plancha. En cuanto al frigorífico, no es necesario tener una potencia demasiado elevada, pues los alimentos se conservan bien entre los 3 y 5º C. Por otro lado, la lavadora gasta menos electricidad cuando lava en frío. Asimismo, hay que recordar que el microondas consume menos energía que una 'vitro' al calentar alimentos como un vaso de leche.
-Eficiencia, eficiencia y eficiencia. A la hora de adquirir electrodomésticos, conviene seleccionar los que sean eficientes energéticamente incluso aunque su coste sea ligeramente superior (hay que tener en cuenta que puede compensarse con el gasto de energía a lo largo de toda la vida del aparato). Asimismo, hay que cambiar las viejas bombillas (a ser posible por LED), a sabiendas de que el 4% del consumo se lo lleva la iluminación de la casa. En general, un mantenimiento y limpieza óptimo tanto de bombillas como de electrodomésticos supone un aumento de la eficiencia.
CONSEJOS DE AHORRO VERDE
1. Climatización
Cambiar la caldera tradicional por otra más eficiente. Aislar las tuberías y la caldera.Cada grado menos supone un ahorro del 10%.
Apagar la calefacción 30 minutos antes de acostarse reduce la factura un 5%.
La limpieza de los filtros del aire acondicionado supone un 5% de ahorro.
Apostar por la ventilación natural.
2. Electrodomésticos
Las cocinas de gas generan menos de la mitad de emisiones que las eléctricas.Apostar por aparatos con certificación A.
La utilización de precocinados supone tres veces más emisiones.
Reducir el tiempo de cocción.
Poner las lavadoras llenas. Una lavadora menos a la semana reduce 20-30 kilos de CO2 al año.
Instalar contadores inteligentes para reducir el consumo eléctrico.
Apagar por completo la televisión y desenchufar el cargador de los móviles.
Reducir el brillo de la pantalla de la televisión y del ordenador.
3. Energías renovables
Paneles solares para calentar el agua sanitaria.Bombas de calor geotérmicas.
Instalar calderas o estufas de biomasa de alto rendimiento.
Sistemas combinados de producción de calor y electricidad.
Todas estos sistemas permiten ahorrar costes, son subvencionables y aportan independencia energética.
4. Cubiertas y fachadas
Es doble acristalamiento reduce la pérdida de calor.Un toldo atenúa el calor provocado por los rayos del sol.
Las fachadas oscuras atraen los rayos del sol y aumentan la temperatura para reducir el gasto en calefacción.
5. Suelos
El aislamiento bajo el suelo reduce un 25% la pérdida de calor.El suelo radiante consume un 25% menos que la calefacción tradicional.
6. Iluminación
Maximizar el uso de la luz natural.Cambiar las bombillas por LED. Consumen un 80% y duran 10 veces más.
Utilizar canales que reflactan la luz a estancias no iluminadas.
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