En opinión de
Hans
Joachim "John" Schellnhuber, fundador y director del Instituto
Postdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK) y director del Consejo
de Asesores Alemán sobre el Cambo Climático (WBGU), el panorama será realmente
desolador si tal incremento en la temperatura llega a darse.
Para Schellnhuber, la capacidad del planeta para albergar humanos en caso de
una subida media de 4 grados en las temperaturas se reduciría a "
menos
de 1.000 millones de personas".
"Para la humanidad es cuestión de vida o muerte... [un aumento así] no conducirá
a la extinción del ser humano, ya que unos pocos afortunados, con los recursos
adecuados, podrán desplazarse a las partes apropiadas del planeta y sobrevivir.
Pero creo que es extremadamente improbable que evitemos una mortandad masiva con
cuatro grados de aumento".
El profesor y climatólogo australiano
David Karoly dará a
conocer esta semana un documento, junto a otros colegas, en el que hablan del
escenario que una subida de 4 grados traería a la isla continente.
"Estamos desencadenando el infierno en Australia. Cuatro grados es mucho peor
que dos. La disponibilidad de fuentes de agua se reducirá en el cauce del
sistema fluvial Murray-Darling, y las precipitaciones se reducirán a la mitad en
Australia, duplicando las sequías y el riesgo de incendio. Los niveles del mar
subirán 1.1 metros en el 2100, incrementándose hasta los
7 metros
con el paso de los siglos incluso aunque cese el calentamiento global.
La gran barrera de coral se morirá y la industria del Sky en Australia
desaparecerá".
Otro de los expertos,
David Spratt, ha escrito recientemente
sobre las implicaciones de un aumento en las temperaturas de cuatro grados. "El
mundo será más caliente que nunca en la historia de la evolución del
hombre".
En su opinión
el punto de no retorno será una subida de tres
grados. En ese punto ya no podremos intervenir para reducir las
temperaturas en el ciclo de vida de una única generación. Spratt cita en su
artículo al experto de la NASA
James Hansen, que cree que el
evento exterminaría a una gran porción de las especies animales del planeta.
La mitad del planeta sería inhabitable, y los ecosistemas
oceánicos y la cadena trófica se colapsarían.
Lo dicho, realmente un panorama apocalíptico. Esperemos que nuestros
gobiernos comiencen a escuchar y empecemos a actuar cuanto antes. Incluso si las
predicciones de estos expertos resultan exageradas, no perdemos nada reduciendo
las emisiones de gases invernadero.
Fuente: Miguel Artime http://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-de-ciencias/cuatro-grados-m%C3%A1s-o-c%C3%B3mo-decir-adi%C3%B3s-casi-161726996.html
Trucos para ahorrar en el hogar
El
calentamiento global, el
cambio climático,
el agujero de la capa de ozono... Son conceptos que en mayor o menor
medida están presentes en la vida cotidiana de los ciudadanos, que se
preocupan por el
medio ambiente y la calidad de vida de hoy y la del día de mañana para sus hijos. La posibilidad de sufrir una
catástrofe ecológica causa auténtico temor.
No
obstante, un estudio de centro de investigaciones Sociológicas (CIS)
publicado en enero concluye que a pesar de esta creciente preocupación,
los españoles todavía suspenden en conciencia ecológica.
"El ciudadano ecológico español no existe",
dice taxativamente el informe del CIS. En la investigación sobre
"ciudadanía y conciencia medioambiental en España" se afirma que la
creciente aceptación de valores medioambientales por parte de los
ciudadanos españoles "no encuentra correspondencia en el desarrollo de
prácticas y estilos de vida sostenibles". Dicho de otro modo: "Se ve
claramente una brecha entre la
conciencia ecológica y la práctica ambiental".
No
obstante, las últimas encuestas del CIS desvelan que, en relación con
los hábitos de consumo y estilo de vida, la población se muestra mucho
más concienciada. "En el terreno intermedio de las
prácticas domésticas no obligatorias, como
el reciclaje o el ahorro de energía,
nos encontramos con una adhesión creciente, pero también escasa,
indicativa de la obsolescencia de la mayor parte de las costumbres
domésticas españolas", explican los autores del informe.
Uso racional de la energía
La
energía es motor de la vida diaria. El uso energético requiere recursos
cuyo aprovechamiento impacta de manera negativa en el medio ambiente.
De ahí que sea necesario optar por un sistema energético que minimice
estos efectos, y que a la vez garantice la actividad industrial, social,
agrícola... y también en el hogar.
Una parte considerable del
consumo energético se produce en
el hogar y cada vez son más las personas conscientes del de su capacidad para
ahorrar recursos y dinero.
Los consumidores pueden hacer mucho a través de sus hábitos de vida.
Pueden y deben ejercer su responsabilidad individual a la hora de cuidar
y mejorar nuestro entorno.
Casi un 10% de la energía que se consume en casa se derrocha,
lo que supone una pérdida aproximada de 400 millones de euros al año en
los hogares andaluces. Apagar todas las luces antes de acostarse,
cubrir las rendijas para impedir la fuga de energía, usar la lavadora y
el lavavajillas a plena carga, o utilizar elementos de sombreado para
evitar el calor (toldos, persianas, porches...) son pequeñas medidas con
las que los ciudadanos podrían evitar hasta un 40% de esas pérdidas de
energía.
La energía que malgastan tan sólo 10 hogares en un año
serviría para ver más de 100.000 horas de televisión, poner más de 5.000
veces la lavadora a plena carga o utilizar el frigorífico durante 15
años. Vale la pena, con económico. Sin que nos demos cuenta
gastamos mucha energía
y, en bastantes casos, la derrochamos, incrementando nuestra factura
eléctrica y el gasto en combustible yendo solos en el coche al trabajo,
dejando el ordenador todo el día encendido, apagando la tele con el
mando a distancia?
Los
equipos de alta eficiencia energética
pueden ser de gran ayuda para el ahorro en el consumo. El que más
consume es el frigorífico, porque permanece encendido 24 horas. Por eso,
es muy importante fijarse en su etiqueta energética y elegirlo de clase
'a' o superior cuando se vaya a comprar uno nuevo, la misma
clasificación que deberían tener todos los electrodomésticos de casa. Un
frigorífico de clase 'a++' consume en 15 años el equivalente a 503
euros frente a uno de clase 'g' que consume 2.094 euros.
Hay que procurar encender las
luces sólo
cuando sea necesario. Y al hacerlo, que sean de bajo consumo ya que
gastan hasta un 80% menos que una bombilla incandescente. Aunque no lo
parezca, los aparatos en 'standby', los que se dejan con el piloto rojo
encendido, gastan más del 5% de la energía eléctrica que se consume en
casa. Para apagarlos completamente de una vez, pueden utilizarse bases
de
conexión múltiple con interruptor.
Igualmente,
cuando no vayamos a utilizar el ordenador durante periodos cortos
podemos apagar solamente la pantalla, con lo que ahorraremos energía. Si
se prevén ausencias superiores a 30 minutos, es preferible
apagarlos completamente. Y sin olvidar que el salvapantallas que menos energía consume es el de color negro.
Algo que sube el consumo sin darnos cuenta es el
aislamiento de las ventanas.
Entre el 25% y el 30% de las necesidades de calefacción y frío se deben
a pérdidas a través de ellas. Es importante comprobar que cierran bien
y, si es posible, incluir ventanas más eficientes
El cualquier caso, la mayor parte de la demanda energética proviene del
transporte.
Si no queda más remedio que coger el coche, lo mejor es compartirlo con
algún compañero para ir al trabajo y aplicar los consejos de la
conducción eficiente, como por ejemplo, levantar el pie del acelerador
al acercarnos a una rotonda o circular en la marcha más larga posible.
Con ellos, el ahorro rozará los 200 euros anuales en combustible, amén
de evitar emisiones contaminantes.
Introducir más biocombustibles al
repostar es otra forma de ahorrar. Hoy en día existe el biocarburante
(bioetanol o biodiesel), mezclado o aditivado en la gasolina y gasoil
convencional en proporciones inferiores al 5% en volumen. Pero se le
puede añadir hasta el 10% para los motores de gasolina y hasta el 30%
para los de diesel, en las biogasolineras que existen.
La 'huella de carbono'
Estos
pequeños gestos de ahorro ayudan a reducir nuestra 'huella de carbono',
un concepto extremadamente útil para conocer el impacto que nuestra
actividad diaria tiene en las emisiones de dióxido de carbono (CO2),
principal responsable junto al metano del efecto 'invernadero' que está
recalentando el planeta y provocando cambios en el clima.
En la
actualidad, son muchas las instituciones que ofrecen en la red
calculadoras capaces de establecer nuestra 'huella' como consumidores.
Desde que suena el despertador e incluso antes, mientras se duerme, el
ser humano está generando impactos sobre el planeta que pueden
cuantificarse.
REDACCIÓN, IGNACIO A. CASTILLO
Cinco simples consejos para reducir la factura de la luz
-Desconectar los aparatos cuando no se estén usando. El
consumo energético de los sistemas en espera (standby) a lo largo del
año supera en casi tres veces el consumo de los equipos de refrigeración
empleados en verano, según el informe Análisis del consumo energético
del sector residencial en España, elaborado por el Instituto para la
Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDEA). En ese sentido, hay
que apagar los aparatos que no se estén utilizando. Una posibilidad para
facilitar el desenchufado consiste en conectar todos los equipos (Dvd,
video, TDT, etc) a "ladrones" con un único botón de apagado.
-La calefacción, a temperatura constante.
La calefacción supone uno de los principales gastos energéticos de los
hogares españoles, pues significa casi la mitad (47%) del consumo
energético de una vivienda. En ese sentido, trucos como mantener la
temperatura constante puede aportar un ahorro del 7%, según la empresa
Reparalia. En general, basta con que la temperatura en invierno se sitúe
en torno a los 18-20 grados durante el día y entre 15 y 17 grados, por
la noche. Cada grado de más supone incrementar el consumo energético un
7%, según Ecologistas en Acción. Cerrar los radiadores si se está fuera
de casa más de un día también es una medida conveniente.
-Aislar puertas y ventanas contra las pérdidas de calor. Medidas
tan sencillas como cerrar las cortinas y persianas o colocar tiras
adhesivas, masilla o silicona en puertas y ventanas permite un
aislamiento rudimentario muy fácil de acometer, si no se cuenta con el
presupuesto para instalar puertas y ventanas de PVC y doble
acristalamiento.
Otro truco eficaz para mantener el calor es colocar
los radiadores a los pies de las ventanas. De esta forma, se crea una
cortina de aire caliente que atenúa la exposición al frío exterior.
-Rebelión en la cocina.
En la cocina se utiliza la electricidad de forma intensiva, por lo que
un conjunto de sencillos gestos (por pequeños que nos parezcan) pueden
aportar un 'pellizco' de ahorro si se suman en el conjunto del año. Para
empezar, hay que plantearse si necesitamos que algunos de los útiles
que empleamos sean eléctricos (abrelatas, cuchillos, etc), o si podemos
'apañarnos' con su versión manual. Asimismo, es útil emplear las
tapaderas y utilizar la olla exprés para reducir el tiempo de encendido
de la cocina. Asimismo, el calor residual puede ser otro truco, empleado
inteligentemente, pues los alimentos siguen cocinándose en el horno o
la vitro cerámica, después de apagado del fuego. Lo mismo sucede con la
plancha. En cuanto al frigorífico, no es necesario tener una potencia
demasiado elevada, pues los alimentos se conservan bien entre los 3 y 5º
C. Por otro lado, la lavadora gasta menos electricidad cuando lava en
frío. Asimismo, hay que recordar que el microondas consume menos energía
que una 'vitro' al calentar alimentos como un vaso de leche.
-Eficiencia, eficiencia y eficiencia. A
la hora de adquirir electrodomésticos, conviene seleccionar los que
sean eficientes energéticamente incluso aunque su coste sea ligeramente
superior (hay que tener en cuenta que puede compensarse con el gasto de
energía a lo largo de toda la vida del aparato). Asimismo, hay que
cambiar las viejas bombillas (a ser posible por LED), a sabiendas de que
el 4% del consumo se lo lleva la iluminación de la casa. En general, un
mantenimiento y limpieza óptimo tanto de bombillas como de
electrodomésticos supone un aumento de la eficiencia.
CONSEJOS DE AHORRO VERDE
Cambiar la caldera tradicional por otra más eficiente. Aislar las tuberías y la caldera.
Cada grado menos supone un ahorro del 10%.
Apagar la calefacción 30 minutos antes de acostarse reduce la factura un 5%.
La limpieza de los filtros del aire acondicionado supone un 5% de ahorro.
Apostar por la ventilación natural.
Las cocinas de gas generan menos de la mitad de emisiones que las eléctricas.
Apostar por aparatos con certificación A.
La utilización de precocinados supone tres veces más emisiones.
Reducir el tiempo de cocción.
Poner las lavadoras llenas. Una lavadora menos a la semana reduce 20-30 kilos de CO2 al año.
Instalar contadores inteligentes para reducir el consumo eléctrico.
Apagar por completo la televisión y desenchufar el cargador de los móviles.
Reducir el brillo de la pantalla de la televisión y del ordenador.
Paneles solares para calentar el agua sanitaria.
Bombas de calor geotérmicas.
Instalar calderas o estufas de biomasa de alto rendimiento.
Sistemas combinados de producción de calor y electricidad.
Todas estos sistemas permiten ahorrar costes, son subvencionables y aportan independencia energética.
Es doble acristalamiento reduce la pérdida de calor.
Un toldo atenúa el calor provocado por los rayos del sol.
Las fachadas oscuras atraen los rayos del sol y aumentan la temperatura para reducir el gasto en calefacción.
El aislamiento bajo el suelo reduce un 25% la pérdida de calor.
El suelo radiante consume un 25% menos que la calefacción tradicional.
Maximizar el uso de la luz natural.
Cambiar las bombillas por LED. Consumen un 80% y duran 10 veces más.
Utilizar canales que reflactan la luz a estancias no iluminadas.