El
contenido simbólico de una carta es evidente. Se trata en su sentido
etimológico de un símbole, es decir, “lo que se une”. Las cartas manuscritas
eran algo “de él/ella”, poseían su trazo, su gesto caligráfico, su olor, a
veces su color. Proporcionaban comunicación analógica y digital. Se podían
guardar y releer, saborear, algo que no se puede hacer con las llamadas
telefónicas, por ejemplo. Tenían la característica de la demora y, por tanto,
de la ansiedad de la espera y del placer de la recepción.
Las cartas personales deberían escribirse a mano para mantener ese carácter cercano (esta es una de las grandes diferencias con la correspondencia comercial). Aunque el aumento de la presencia de ordenadores en los hogares, está haciendo que se pierda en gran cantidad de casos las cartas manuscritas. Los sobres también deberían llevar las señas manuscritas. En este tipo de cartas podemos expresar sentimientos, vivencias y temas que están totalmente prohibidos en la correspondencia comercial.
El papel debería ser blanco, aunque se permite la utilización de algún color pastel muy clarito. Solo los adolescentes, pueden usar cartas de colores y adornos más atrevidos. Queda descartada la utilización de papel cuadriculado o rayado. Deberá ser liso y preferiblemente mate (los papeles con brillo son molestos para leer). El papel deber ser de cierta calidad, evitando utilizar ese papel fino (solo para correspondencia por avión) tipo "cebolla". Los tamaños más utilizados suelen ser el folio (21,5 x 35) y el DIN A4 (21,5 x 29,5) muy popular gracias a las fotocopiadoras e impresoras.
Escribir a mano, es para algunos un placer y para otros un castigo. La mejor forma y más tradicional es la pluma; pero los modernos bolígrafos de tinta líquida y rotuladores de estupenda calidad, han dejado muy arrinconada a la pluma. En cualquier caso, independientemente del "instrumento" utilizado para escribir, la tinta debería ser negra o un azul oscuro. No utilizar nunca tinta de color y mucho menos roja. Evitar utilizar una pluma o bolígrafo de trazos muy finos. Tampoco es muy elegante escribir una carta con un rotulador grueso o similar.
Para empezar, el sobre debería ser del mismo color y material que el papel, así como de su misma calidad. Hasta mediados del siglo XIX no se utilizaban sobres. Se doblaban y se ponía un sello de lacre. En la actualidad a ciertas invitaciones también se les pone lacre, para darles un toque especial. El formato más utilizado es de 22 x 11,5, en el que cabe un DIN A4 y un folio, que son los papeles más utilizados. No utilice nunca sobres de ventana, para la correspondencia personal.
Las partes fundamentales a tener en cuenta en una carta son:
A parte de las partes básica, hay otras de vital importancia como:
Las cartas personales deberían escribirse a mano para mantener ese carácter cercano (esta es una de las grandes diferencias con la correspondencia comercial). Aunque el aumento de la presencia de ordenadores en los hogares, está haciendo que se pierda en gran cantidad de casos las cartas manuscritas. Los sobres también deberían llevar las señas manuscritas. En este tipo de cartas podemos expresar sentimientos, vivencias y temas que están totalmente prohibidos en la correspondencia comercial.
El papel debería ser blanco, aunque se permite la utilización de algún color pastel muy clarito. Solo los adolescentes, pueden usar cartas de colores y adornos más atrevidos. Queda descartada la utilización de papel cuadriculado o rayado. Deberá ser liso y preferiblemente mate (los papeles con brillo son molestos para leer). El papel deber ser de cierta calidad, evitando utilizar ese papel fino (solo para correspondencia por avión) tipo "cebolla". Los tamaños más utilizados suelen ser el folio (21,5 x 35) y el DIN A4 (21,5 x 29,5) muy popular gracias a las fotocopiadoras e impresoras.
Escribir a mano, es para algunos un placer y para otros un castigo. La mejor forma y más tradicional es la pluma; pero los modernos bolígrafos de tinta líquida y rotuladores de estupenda calidad, han dejado muy arrinconada a la pluma. En cualquier caso, independientemente del "instrumento" utilizado para escribir, la tinta debería ser negra o un azul oscuro. No utilizar nunca tinta de color y mucho menos roja. Evitar utilizar una pluma o bolígrafo de trazos muy finos. Tampoco es muy elegante escribir una carta con un rotulador grueso o similar.
Para empezar, el sobre debería ser del mismo color y material que el papel, así como de su misma calidad. Hasta mediados del siglo XIX no se utilizaban sobres. Se doblaban y se ponía un sello de lacre. En la actualidad a ciertas invitaciones también se les pone lacre, para darles un toque especial. El formato más utilizado es de 22 x 11,5, en el que cabe un DIN A4 y un folio, que son los papeles más utilizados. No utilice nunca sobres de ventana, para la correspondencia personal.
Las partes fundamentales a tener en cuenta en una carta son:
1. Encabezamiento.
Donde se comienza la carta, con el tratamiento que sea adecuado a la persona a la que nos estamos dirigiendo. Se conoce también como el saludo de la carta. Algunos de los encabezamientos más utilizados son:
Muy señor mío o Muy señor nuestro.
Distinguido señor ...
Apreciado ...
Estimado ...
El tratamiento a utilizar, dependerá del grado de familiaridad o amistad que tengamos con el destinatario de la carta.Aunque existe mucha variedad de fórmulas, muchas de ellas han caído en desuso por haber quedado obsoletas y fuera de lugar.
2. Cuerpo.
Es el texto propiamente dicho de la carta, en el que se expone el hecho o relato que deseamos hacer llegar al destinatario. Empieza algunas líneas por debajo del encabezamiento.
3. Pie o despedida.
Es el cierre y firma de la carta. Las fórmulas, al igual que para el encabezamiento son muy variadas, y deben ir acorde al tratamiento dado en la cabecera (es decir no se puede empezar la carta con un tratamiento distante , y despedirlo con mucha familiaridad, o viceversa).
Algunas de las más habituales que podemos utilizar son:
1. Reciba un cordial saludo.
2. Un saludo atento o cordial.
3. Se despide de Usted atentamente ...
4. Sin otro particular ...
5. Quedando a su entera disposición ...
A parte de las partes básica, hay otras de vital importancia como:
Fuente: http://www.protocolo.org/social/correspondencia_escribir/correspondencia_personal_cartas_personales.html1. Fecha.
Datar un carta (ponerla fecha, entre el destinatario y el encabezamiento).
2. Márgenes.
Al menos dos o tres centímetros a la izquierda. El derecho puede ser más estrecho.
3. Posdata.
Algo que se añade como recuerdo, o como olvido de la carta. Se abrevia como P.D. pero también P.S. (Post Scriptum).
4. Firma.
Siempre debemos firmar las cartas. Antes de la posdata y después de la despedida, ligeramente centrada. Y no se olvide firmarla, aunque sea un mailing extenso. Es de muy mala educación mandar cartas sin firmar (muy usual hoy en día con las impresiones en masa por impresoras láser y similares).
La palabra carta tiene
muchas acepcione, así, para laRAE:
carta.
1. f. Papel escrito, y
ordinariamente cerrado, que una persona envía a otra para comunicarse con
ella.
1. f. La que contiene reprensión o advertencia reservada de un tribunal
superior a un cuerpo o persona pública.
1. f. Gráfico de la posición de los planetas y de otros factores que
concurren en el instante del nacimiento de una persona, a partir del cual los
astrólogos interpretan los rasgos y tendencias constitucionales de
esta.
1. f. En el antiguo derecho, la que daba el rey a alguien, estatuyendo
las duras penas con que podría ser castigado quien le ofendiese.
1. f. La dada por un soberano para que los súbditos suyos pudieran
corsear y apresar las naves y efectos de los de otra potencia que hubiese dado
cartas de represalia o de marca.
1. f. Despacho que se daba antiguamente para que quien iba por tierra
extraña pudiera ir seguro, sin que nadie le impidiera su camino.
1. f. Título que expide el superior de una comunidad o cofradía religiosa
a favor de quien admite por hermano.
1. f. Mapa en que se describe el mar, o una porción de él, con sus costas
o los lugares donde hay escollos o bajíos.
1. f. Der. Concesión discrecional a un extranjero de la nacionalidad de un
país sin necesidad de requisitos determinados.
1. f. Provisión contraria al fuero o al derecho natural de gentes, cuyo
cumplimiento podía ser rehusado.
1. f. Medio falso y traidor que alguien emplea para dañar a otra persona,
abusando de su confianza y buena fe.
1. f. Der. Despacho o título que se daba a alguien para que fuese reconocido
como vecino de un municipio.
1. f. p. us. Diploma en que se contenía el repartimiento de tierras y derechos
que se concedían a los nuevos pobladores del sitio o lugar en que se fundaba
pueblo.
1. f. pl. Las que se dan a un
embajador o ministro para que un Estado extranjero le admita y reconozca por
tal. U. t. en
sing.
1. loc.
verb. Hacer con los naipes ciertas combinaciones
con las que se pretende adivinar cosas ocultas o venideras.
1.
loc.
verb. coloq. Desprenderse
voluntariamente de algún elemento favorable para el logro de una pretensión o
deseo.
□ V.