Muchas veces usamos ese dicho de que el que se fue a Sevilla perdió su silla para definir aquello de que si renunciamos a algo o lo dejamos de lado luego no podremos volver a reclamarlo. El origen es muy curioso y lo pueden ver en esta cita de la web del poeta y escritor Carlos Rivera: "Durante el reinado en Castilla de Enrique IV de Trastámara, un sobrino de don Alonso de Fonseca -arzobispo de Sevilla- fue a su vez designado arzobispo de Santiago de Compostela, pero suponiendo el tío que, a causa de las revueltas que agitaban Galicia, a su sobrino le costaría tomar posesión de su cargo, se ofreció para adelantarse a Santiago con el objeto de allanarle las dificultades. A cambio, le pidió a su sobrino que lo reemplazase en los negocios de su sede en Sevilla. Así se hizo y con los mejores logros, de manera que una vez que don Alonso, concluida la gestión, regresó a Sevilla, se halló con la desagradable sorpresa de que su sobrino se resistía a abandonar la sede arzobispal, alegando que el arreglo había sido permanente".
Ejercicio de trabajo: busca por Intenet el origen de este refrán y su significado.
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"ATAR LOS PERROS CON LONGANIZA"
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