Lo que en un sitio es basura, en otro es materia prima. Este
es el principio bajo el que funciona el reciclaje, aunque muchas veces lo
perdemos de vista. Y el caso de una tecnología reciente, hace precisamente eso: utiliza las “aguas sucias”
de fabricar cerveza para crear celdas de baterías para acumular energía. Una
situación en la que todo el mundo gana.
Emplean residuos de cerveza
para almacenar energía
La industria cervecera genera muchos residuos en forma líquida, pero
claro, no pueden simplemente tirarlo
por el desagüe. La depuración, al menos
los primeros pasos – por ejemplo, el filtrado – lo tienen que pagar.
Al mismo tiempo, la
industria de las baterías necesita celdas para fabricar sus productos. Y en
muchos casos estas celdas provienen de procesos biológicos, a los que se
“rediseña” para que den el resultado esperado.
El primer paso para crear las celdas consiste en
que unos organismos, generalmente hongos de la especie Neurospora crassa,
transformen biomasa en estructuras útiles. El factor limitante – que reduce la
cantidad de baterías que se pueden fabricar, y que encarece el proceso – es
encontrar la biomasa.
Si ponemos el segundo proceso justo después del
primero, tenemos la solución. Porque con pequeñas modificaciones –
esencialmente, adición de ciertas sustancias – las “aguas sucias” de fabricar
cerveza sirven como biomasa para el hongo N
La duda que nos puede
surgir es si realmente es útil y rentable. Porque está muy bien poner en marcha
una nueva tecnología que “limpie” residuos y además dé un producto
aprovechable, pero si no se genera suficiente biomasa, igual es más caro que
dejar las cosas como están.
De nuevo, hay que recordar que en muchos países la
producción de cerveza es muy elevada. Y la cantidad de residuos también lo es.
Depende mucho del tipo de cerveza que se fermente y del proceso que se lleve a
cabo. Pero para hacernos una idea, la media está en siete barriles de “aguas
sucias” por cada barril de cerveza. Una cantidad importante, que permite que el
proceso sea rentable.
De momento, esta nueva técnica no está extendida.
Todavía faltan pruebas para optimizarla, y sacarle a los residuos de la cerveza
todo el jugo que puedan dar. Pero es, sin duda, un paso en a buena dirección y
un ejemplo de reciclaje interesante.
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