sábado, 7 de febrero de 2015

Descubrir el pastel

“Descubrir el pastel”, cuando se descubre algo (por lo general algo malo) que se pretendía mantener
oculto.
El origen de esta locución viene de un antiguo pastel de carne, muy parecido a una  empanada. Por aquel entonces los pasteleros que lo cocinaban tenían fama de ser algo tramposos, en lo que se refería a los pesos y rellenos de sus pasteles, por lo que en más de una ocasión había algún cliente que no se fiaba del producto que tenía que comprar y solicitaba inspeccionarlo. El modo de realizarse era dando un pequeño corte lateral a la empanada y levantando la masa que la cubría, de esa manera se comprobaba (y por tanto, se descubría) si el pastel estaba correctamente relleno. Como es de suponer, a más de un pastelero se le descubrió el pastel al haber hecho trampas con el relleno de la empanada.
 El término se empezó a asociar con las trampas, y al final lo adoptaron los que jugaban a las cartas. Y así se llamaba pastel, el repartir haciendo trampas para quedarse con el mejor juego, y descubrir el pastel, pillar al tramposo que usaba esta artimaña.
En el Diccionario de la RAE puede encontrarse que una de las acepciones que se le da a pastel es: ‘En el juego, fullería que consiste en barajar y disponer los naipes de modo que se tome quien los reparte lo principal del juego, o se lo dé a otro su parcial’.

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