El general Valeriano Weiler, fue famoso durante la guerra de Cuba a finales del siglo XIX, pero también es un personaje muy famoso en los anecdotarios, y no por sus actividades militares sino... por su tacañería.
"Efectivamente era muy, pero que muy tacaño. Iba vestido pobremente, y al viajar en primera en los trenes, los revisores no podían creerse que se tratara del Capitán General, pero no tenía carné. Al fin, uno de sus hijos le convenció para que se lo sacara y evitar ese tipo de molestias. Al ir a completar el formulario, vio que pedían una fotografía. Para ahorrarse el dinero de hacerse la fotografía y dado que en aquel entonces, las cajas de fósforos tenían en la cubierta dibujos de personajes célebres de la España de finales del XIX (Canovas, Sagasta, General Weyler, etc), ni corto ni perezoso, para ahorrarse la foto, adjuntó con el impreso la tapa de una caja de cerillas en la que salía él dibujado. Fue comentado con chascarrillos en toda España.
Y por último, se opuso a la dictadura de Primo de Rivera. Para castigarle, se propuso en el Consejo de Ministros encarcelarle. Pero el General Primo de Rivera, sabedor de lo tacaño que era, decidió que la mejor forma de castigarle, y no hacerle pasar por las privaciones de la prisión, era poniéndole una elevada multa. Efectivamente el ya viejo general se llevó un disgusto mayúsculo por la multa, y dijo que habría preferido mucho más haber pasado 6 meses en la cárcel, pues además de haberse ahorrado la multa, habría comido gratis"
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