sábado, 30 de enero de 2016

¿De dónde viene ese nombre de "tapa"?

  
Una tapa en España es esencialmente un aperitivo que se sirve en la mayoría de los bares o restaurantes acompañando a la bebida. A este consumo itinerante se le llama tapeo, o ir de tapas. En muchas regiones de España es bastante habitual salir a cenar o a comer los fines de semana a base de tapeo, forma de comer referida habitualmente como picar o picoteo.





¿Nunca se ha preguntado usted de dónde viene ese nombre de "tapa"? La verdad es que la historia no lo aclara del todo y hay multitud de versiones. Unos dicen que viene de nada menos que de Alfonso X El Sabio, otros que de otras épocas como la de los Austrias para identificar a los cristianos viejos pero la anécdota que más se suele usar para explicar por qué a esos deliciosos aperitivos se les llama así, "tapa", es una que afecta al rey Alfonso XIII. Puede que no sea cierta, pero les puedo asegurar que es la que más aparece en multitud de libros sobre gastronomía.

Dicen las crónicas que este soberano andaba un buen día en un viaje a la provincia de Cádiz por una venta de aquellas que hay por allí que por cierto parece que aún existe, en concreto El Ventorrillo del Chato. El rey era amante del buen vino de Jerez (y quién no) y decidió catar alguna copilla en esta venta, por lo que entró con todo su séquito que era bastante numeroso. Se le sirvió su copita de Jerez y el rey la iba degustando pero era un día de mucho viento que arrastraba bastante arena de la playa con tanta fuerza que llegaba a molestar dentro de la estancia. El propietario de la venta vio que al final iba a caer algo de polvo dentro de la copa del rey y le iba a estropear el vino, por lo que ni corto ni perezoso le colocó un trozo de jamón pequeño que andaba trasteando en ese momento para evitar que cayera el polvo que en ese momento entraba con fuerza. Alfonso XIII quedó algo sorprendido al ver lo que había hecho el ventero hasta que comprendió sus motivos, pero el rey que no tenía un pelo de tonto se comió el jamón que tenía muy buena pinta, se bebió con rapidez la copa y le pidió al ventero otra copa con "tapa", por supuesto, de buen jamón. Aquello, según cuenta la anécdota, tuvo un exitazo, tanto para el rey como para sus cortesanos, por lo que a partir de entonces siempre pedían su copa de vino con la correspondiente tapa, con lo que popularizaron el asunto pero no para impedir que la arena llegara al vaso sino para degustar las delicias gastronómicas españolas y así ha seguido siendo hasta la fecha...

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