domingo, 18 de enero de 2015

Tener muchos humos

 Tener (o darse) (muchos) humos son diferentes variedades de una misma locución. Se  aplica al
pretencioso que presume o se vanagloria sin tener motivos para ello, que exagera la propia importancia y menosprecia a los demás. En resumen: se aplica al vanidoso, pretencioso y altivo.

Parece ser que el origen de la expresión proviene de una costumbre bastante común entre las familias 
distinguidas de la antigua Roma, como atestigua Joaquín Bastús en su obra La sabiduría de las naciones (1862). Las familias solían colocar en el atrio de la casa los retratos o bustos tallados en piedra de sus antepasados: padres, abuelos, bisabuelos, hermanos, tíos... Con el paso del tiempo, las imágenes más antiguas iban adquiriendo un color oscuro por efecto del humo y la intemperie. De este modo, los atrios con más imágenes renegridas o "con más humos" simbolizaban un mayor poderío familiar y un cierto tono aristocrático del que alardeaban con frecuencia.


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