sábado, 10 de diciembre de 2011

7 COSAS QUE SIEMPRE DEBERÍAS DECIR


Es fácil salvar un posible conflicto con dos palabras bien dichas. Cuando en medio de una conversación el entrecejo de la otra persona empieza a fruncirse, la bandera que anuncia la batalla se alza y es entonces que hay que reaccionar antes de que salga la bestia para así dominar la situación.
Sabemos cómo hacerlo con tu jefe, con tu novia, con tu médico, o con el camarero que te sirve el café cada mañana. Atentos...

A tu novia
"¿Acaso necesito una razón para hacerte un regalo?". A menos que efectivamente estés tratando de reparar con ese detalle algún agravio que hayas cometido –o estés a punto de cometer–, comprobarás cómo la espontaneidad y la generosidad son dos fabulosos afrodisíacos para las relaciones sentimentales. Y si ya quieres hacerlo en plan pro, cambia la frase por: "¿Acaso necesito un motivo para regalarte flores?".


A tu mejor colega
"Tal vez no quieras escuchar esto, pero creo que estás haciendo mal poniéndole los cuernos a tu novia". Puede que la relación de amistad se tense durante algún tiempo, pero como amigos tenemos el deber de recordar a nuestros íntimos la importancia de valores como la caballerosidad, la confianza y la fidelidad. Lo que hagan después es asunto suyo. Eso sí, cuando llegue la hora de llorar, siempre podrás entonar un "te lo dije".



A tu médico
"Tal vez no sea nada, pero siento como un bulto en mi…". Demasiados hombres mueren por enfermedades que son perfectamente tratables si se diagnostican a tiempo. Ante cualquier síntoma sospechoso, no tengas reparos, acude al médico y que te hagan una revisión completa. Sí, puede que incluya un tacto rectal, pero ya se sabe. A los 40 años, o es por placer o es el médico…







A tu entrenadora personal 
"No te cortes, méteme caña, no escuches mis excusas ni me dejes flaquear en mis series de abdominales". No es que te la vayas a ligar haciéndote el Rambo, pero a los entrenadores les gusta ver que sus alumnos se lo toman realmente en serio. Además, si vas al gimnasio a vaguear, ¿para qué pagas 100 euros a la hora? Te saldría más barato tumbarte en el sofá y te evitarías la vergüenza de pasear tus michelines por el templo del culto al cuerpo.



A la chica que conociste por internet
"Perdona que esté nervioso, pero es la primera vez que quedo con alguien que haya conocido en un chat". Si es verdad, mostrarás tu lado más sensible, empatizarás con tu cita –lo normal es que ella también lo esté– y despertarás su instinto protector. Si no lo es, conseguirás igualmente que se sienta especial y, por añadidura, evitarás parecer un depredador de la red que se pasa el día frente a la pantalla en busca de carne fresca.





                                                                                       Al camarero de tu bar preferido
"Puedes quedarte con el cambio". Un poco de calderilla no va a arruinarte y, además, no puede estar mejor invertida. Con esos cobres que acaban molestando en el bolsillo te garantizas un servicio eficiente y amable la próxima vez y, tal vez, alguna invitación que otra. Como bien sabían los emperadores romanos, ser amable con aquellos que te sirven la comida y la bebida no va a matarte; pero lo contrario, quién sabe…




A tu jefe
"¿Cómo podría hacerlo mejor?". Prestarte voluntario para realizar tareas que no te han sido asignadas, asumir responsabilidades y solicitar feedback sobre tu trabajo a tus superiores te dará más puntos de cara a un ascenso que la inacción y la parálisis por miedo a fallar. Si hubieras mantenido esta conversación hace diez años en la cama con tu pareja, tal vez ahora serías feliz con ella en lugar de estar pasándole una pensión.

Actividad: comenta la parte del artículo que más te interese.

1 comentario:

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