Seguro que usted querido lector ha tomado alguna vez para desayunar o para merendar algún croissant, un delicioso bocado de la repostería... ¿francesa? Eso es lo que mucha gente piensa pero el croissant nació en Austria y además tiene una historia muy interesante. Verán, todo pasó a finales del siglo XVII cuando el Imperio Otomano dominaba grandes zonas. Corría el año 1683 cuando los turcos al mando del gran visir Mustafá Pachá decidieron sitiar la ciudad austríaca de Viena. Pero los habitantes de la ciudad resistían el asedio con valentía por lo que los turcos idearon un plan.
Lentamente fueron construyendo una red de galerías que conducían por debajo de tierra por debajo de las murallas de la ciudad hasta dentro justo de donde podrían salir derrotando a las tropas vienesas. Los turcos establecieron unos turnos de trabajo para sus soldados que se basaban exclusivamente en trabajar en la madrugada cuando pensaban que la mayoría de los habitantes de la ciudad estarían durmiendo y los ruidos pasarían desapercibidos. La obra progresó hasta que entraron dentro de la ciudad, pero los turcos no habían pensado que había un gremio que se levantaba y empezaba a trabajar muy temprano y estos eran los panaderos.
En el silencio de la madrugada los panaderos empezaron a escuchar extraños ruidos en el subsuelo y les faltó poco tiempo para descubrir lo que en realidad tramaban los turcos. Lo comunicaron a las autoridades y los turcos cayeron en su propia trampa.
Al final Viena consiguió derrotar a los turcos. El pueblo de Viena quedó muy agradecido y el emperador Leopoldo I les otorgó galardones y honores. Los panaderos agradecidos crearon una nueva especie de pan como una especie de burla contra los turcos que tanto les habían hecho agobiado pero que al final habían derrotado y de ahí nació el croissant al que ellos llamaron Halbmond en alemán, en clara alusión a la media luna que ostentaban los turcos en sus estandartes. Luego los franceses ya le dieron el definitivo nombre de croissant que ha llegado con éxito a nuestros días.
Actividad: Buca por Internet como se hace el croissant.
Lentamente fueron construyendo una red de galerías que conducían por debajo de tierra por debajo de las murallas de la ciudad hasta dentro justo de donde podrían salir derrotando a las tropas vienesas. Los turcos establecieron unos turnos de trabajo para sus soldados que se basaban exclusivamente en trabajar en la madrugada cuando pensaban que la mayoría de los habitantes de la ciudad estarían durmiendo y los ruidos pasarían desapercibidos. La obra progresó hasta que entraron dentro de la ciudad, pero los turcos no habían pensado que había un gremio que se levantaba y empezaba a trabajar muy temprano y estos eran los panaderos.
En el silencio de la madrugada los panaderos empezaron a escuchar extraños ruidos en el subsuelo y les faltó poco tiempo para descubrir lo que en realidad tramaban los turcos. Lo comunicaron a las autoridades y los turcos cayeron en su propia trampa.
Al final Viena consiguió derrotar a los turcos. El pueblo de Viena quedó muy agradecido y el emperador Leopoldo I les otorgó galardones y honores. Los panaderos agradecidos crearon una nueva especie de pan como una especie de burla contra los turcos que tanto les habían hecho agobiado pero que al final habían derrotado y de ahí nació el croissant al que ellos llamaron Halbmond en alemán, en clara alusión a la media luna que ostentaban los turcos en sus estandartes. Luego los franceses ya le dieron el definitivo nombre de croissant que ha llegado con éxito a nuestros días.
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