Gran parte de los descubrimientos en el mundo de la investigación se originan de forma casual. Esto mismo
paso con el descubrimiento de la penicilina.
Un acontecimiento fortuito, ocurrido en los sótanos del Hospital St. Mary de Londres en la mañana del 28 de septiembre de 1928 iba a pasar a la Historia de la Ciencia y se iba a convertir en uno de los descubrimientos más importantes de la Humanidad.
En aquellos bajos de lo que hoy es el Imperial College, la curiosidad de Alexander Fleming le hizo no desechar una placa de estudio con bacterias del género Staphylococcus aureus consiguiendo así el primer antibiótico: la penicilina. Este hecho le llevó a ganar el Premio Nobel en 1945 y ha salvado cientos de millones de vidas a lo largo de todos estos años.
Fleming se encontraba estudiando bacterias de estafilococo para entonces pero, luego de ausentarse casi por un mes de la ciudad de Londres, olvidó una placa de petri en la que se contenían bacterias cerca de una ventana abierta. Al regresar a sus experimentos, se encontró con que su experimento se había estropeado pues las muestras se habían contaminado con una especie de moho que había entrado con el viento.
La bendita curiosidad de Fleming hizo que el científico en lugar de tirar su experimento arruinado a la basura, colocase su placa de petri al microscopio. Lo que observó fue que no solo el moho había contaminado todo el contenido de la placa, sino que alrededor de éste, había un claro, una zona limpia en la que el moho había matado a las bacterias. Luego de identificar el moho como hongos de Penicillium, Fleming fue optimista acerca de los claros resultados: el Penicillium eliminaba las mortales bacterias Staphylococcus de una vez por todas.
El origen de Fleming
Su nombre era Fleming, un agricultor pobre de Inglaterra. Un día, mientras trataba de ganarse la vida para
su familia, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano. Inmediatamente soltó sus herramientas y corrió hacia el pantano.
Allí, enterrado hasta la cintura en el lodo negro, estaba un niño aterrorizado, gritando y luchando tratando de liberarse del lodo. El agricultor Fleming salvó al niño de lo que pudo ser una muerte lenta y terrible.
Al día siguiente, un carruaje muy pomposo llegó hasta los predios del agricultor inglés.
Un noble inglés, elegantemente vestido, se bajó del vehículo y se presentó a sí mismo como el padre del niño que Fleming había salvado.
"Yo quiero recompensarlo," dijo el noble inglés. "Usted salvó la vida de mi hijo."
“No, yo no puedo aceptar una recompensa por lo que hice" respondió el agricultor inglés, rechazando la oferta.
En ese momento el propio hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia.
"¿Es ese su hijo?", preguntó el noble inglés.
"Sí", respondió el agricultor, lleno de orgullo.
"Le voy a proponer un trato. Déjeme llevarme a su hijo y ofrecerle una buena educación. Si él es parecido a su padre crecerá hasta convertirse en un hombre del cual usted estará muy orgulloso.”
El agricultor aceptó. Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor se graduó de la Escuela de Medicina de St. Mary's Hospital en Londres, y se convirtió en un personaje conocido a través del mundo, el notorio Sir Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina.
Algunos años después, el hijo del noble inglés cayó enfermo de pulmonía. ¿Qué lo salvó? La Penicilina. ¿El nombre del noble inglés? Randolph Churchill. ¿El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill.
Fuente: http://www.areaciencias.com/DESCUBRIMIENTOS%20CIENTIFICOS/COMO%20SE%20DESCUBRIO%20LA%20PENICILINA.htm
¿Qué es la penicilina , por qué es tan importante y por qué, entre otras cosas, ha convertido a su inventor en premio Nobel?
Las penicilinas son un determinado conjunto de antibióticos con la capacidad de eliminar las bacterias que causan infecciones en el cuerpo humano. Estos antibióticos son originados a partir de una particular especie de hongo conocida como Penicillium y también sirven para prevenir infecciones bacterianas, especialmente aquellas que son provocadas por las bacterias positivas de Gram.
Las penicilinas constituyen uno de los primeros antibióticos utilizados de la historia para tratar infecciones y otras enfermedades serias, de hecho, todavía se las utilizan de forma regular en la medicina moderna. Todas las penicilinas son antibióticos β-lactámicos (beta-lactámicos), es decir, moléculas antibióticas con núcleo β-lactámico y existen diferentes tipos de penicilinas, cada una de ellas reacciona contra las bacterias en diferente grado, algunos de los tipos de penicilinas más empleados son: Ampicilina Amoxicilina Flucloxacilina Fenoximetilpenicilina
Más información: Informe del experimento sobre como se descubrió la Penicilina
Fuente: http://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-de-ciencias/nos-estamos-quedando-sin-antibi%C3%B3ticos-eficaces-092734628.html