El mayor desastre marítimo del mundo: el del Wilhelm Gustloff, un buque nazi.en el que, tras ser torpedeado, murieron más de 9.000 refugiados y militares del
Reich al final de la II Guerra Mundial.
Los soviéticos hundieron el buque que
enorgullecía a Hitler, el Wilhelm Gustloff, al final de la II GM
La construcción de este gigante de los mares se dejó a cargo de los
astilleros Blohm &
Voss por mandato de Adolf Hitler, quien ordenó además que el buque
debería ponerse a las órdenes de la Kraft durch Freude (KdF),
una organización nazi dedicada a establecer las vacaciones de los habitantes de
Alemania. En 1937, tras muchos meses de fabricación, este transatlántico fue
botado definitivamente por el mismísimo Führer.
«El primero de mayo de 1937 se anunció en la radio y en la prensa:
“El primer buque de nueva construcción de la KdF del Frente Alemán del Trabajo
será botado el 5 de mayo de 1937 en la explanada del astillero Blohm & Voss
de Hamburgo.
En cuanto a su nombre, y a pesar de que en un principio se barajaban
otras posibilidades, finalmente se decidió botar este transatlántico como Wilhelm Gustloff en honor
de un político nazi asesinado algunos años antes. Así, aquel 5 de mayo, miles de
miembros del partido nazi, soldados, y civiles, enarbolaron sus banderas para
recibir a este nuevo buque de recreo bajo los gritos de «Sieg heil» (victoria y
gloria).
Con 208,5 metros de eslora y 23,5 metros de manga en su parte más
ancha, este buque no contaba con la gran envergadura del Titanic (que le
superaba en 60 y 5 metros respectivamente). No obstante, las dimensiones del
barco nazi le convertían, según recoge Schön, en el 5º buque alemán de mayor tamaño y
en el 25º a nivel internacional.
Tras entrar a formar parte de la Armada, el Gustloff participó en
varias misiones de rescate y curación de heridos a lo largo de toda la costa. A
su vez, fue uno de los buques hospital movilizados por Hitler para llevar a cabo
la «Operación León Marino» es decir, la ocupación nazi de Gran
Bretaña. No obstante, finalmente este plan no se llevó a cabo.
«Las últimas investigaciones dicen que (con independencia de las cifras
oficiales) a bordo del Gustloff se hacinaron 8.956 refugiados, 918 oficiales y
marineros de la 2ª División de Submarinos, 373 mujeres del cuerpo femenino
auxiliar de la armada, 173 auxiliares y 162 heridos graves, lo que hacía un total de 10.582
personas» completa el autor de «Grandes enigmas de la Segunda Guerra
Mundial». Es decir, el transatlántico partía nada menos que con una carga 9
veces superior a la aconsejable
Según se explicaba, una unidad de dragaminas alemana navegaba en su dirección y
había peligro de colisión. Por ello, se hacía necesario encender las luces de
posición del navío, hasta ahora apagadas, para que los barcos pudieran esquivar
al poderoso Gustloff.Sin embargo, y exactamente como temían, el breve momento en el que estuvieron
activadas reveló la posición del transatlántico, que fue visto por el submarino
soviético S-13 al mando de Alexander Marinesko. Él sumergible del Ejército Rojo
no lo dudó, cargó cuatro torpedos y tomó posiciones para atacar el flanco
«A las 23:00 en punto, hora de Moscú, el submarino se colocó en posición de
disparo
Unos minutos después, aproximadamente a las nueve y cuarto de la
noche, tres impactos hicieron blanco en el costado de estribor del Gustloff. Las
explosiones, que zarandean el buque, fueron las inyecciones mortales que
condenaron a los miles y miles de pasajeros.
El Gustloff no tardó mucho en irse al fondo del mar llevandose consigo a todas
esas almas en su interior
Finalmente, y aproximadamente una hora después de que el S-13
disparara sus mortales torpedos contra el navío nazi, el Gustloff se fue al
fondo del Báltico junto con 9.400 personas y dejando unos 1.000 escasos
supervivientes. Los números hacen que, aún hoy, el desastre de este buque sea el
mayor de la historia naval.
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