Una anécdota es un relato corto que narra un incidente interesante o entretenido, una narración breve de un suceso curioso.
Una anécdota siempre está basada en hechos reales, un incidente con personas reales como personajes, en lugares reales. No obstante, con el correr del tiempo las pequeñas modificaciones realizadas por cada persona que la cuenta puede derivar en una obra ficticia, que sigue siendo contada pero tiende a ser más exagerada.
Según la RAE una anécdota es:
(Quizá del fr. anecdote, y este del gr. ἀνέκδοτα, cosas inéditas).
1. f. Relato breve de un hecho curioso que se hace como ilustración, ejemplo o entretenimiento.
2. f. Suceso curioso y poco conocido, que se cuenta en dicho relato.
3. f. Argumento o asunto de una obra.
4. f. Suceso circunstancial o irrelevante.
En el siguiente enlace se puede encontrar un artículo sobre arte, en concreto sobre la tauromaquia en algunas obras artísticas de Picasso, escrito por el escultor Ramón Salarich:
http://salarich.com/mirondearte/picassotoros.html
Del mismo extraigo las siguientes citas que nos cuentan una curiosa anécdota sobre Picasso:
"El genial andaluz nunca dejó de asistir a las corridas, desde su Málaga natal, hasta a las últimas que acudió, ya en el exilio, en las francesas plazas de Nîmes o Arlès.
Picasso también se ha vestido de torero, como Goya. Ha tenido amigos toreros, como Luis Miguel Dominguín. y, por los toros, nació su amistad con Eugenio Arias, español, republicano y su barbero predilecto durante su residencia en Vallauris, en el Midi francés. Una amistad que se mantendría hasta la muerte del artista. Asistieron juntos a muchas corridas de toros y muchas fueron las vivencias y anécdotas que protagonizaron.
En el transcurso de una corrida que presenciaban los dos amigos, un picador le brindó la faena al pintor malagueño, lanzándole su sombrero. Picasso se lo devolvió con un dibujo que había improvisado durante el transcurso de la misma. Al finalizar la corrida le comentó el picador a Eugenio Arias que uno de los toreros que intervenían en la fiesta le había ofrecido, nada más y nada menos, que cincuenta duros por su sombrero. Arias le aconsejó que lo recuperara porque había hecho un mal negocio. Años más tarde, se volvieron a encontrar y el picador le agradeció efusivamente el consejo que le había dado, ya que gracias al sombrero había podido comprarse una casa."
Actividad: comenta alguna anécdota que te haya pasado.
Una anécdota siempre está basada en hechos reales, un incidente con personas reales como personajes, en lugares reales. No obstante, con el correr del tiempo las pequeñas modificaciones realizadas por cada persona que la cuenta puede derivar en una obra ficticia, que sigue siendo contada pero tiende a ser más exagerada.
Según la RAE una anécdota es:
(Quizá del fr. anecdote, y este del gr. ἀνέκδοτα, cosas inéditas).
1. f. Relato breve de un hecho curioso que se hace como ilustración, ejemplo o entretenimiento.
2. f. Suceso curioso y poco conocido, que se cuenta en dicho relato.
3. f. Argumento o asunto de una obra.
4. f. Suceso circunstancial o irrelevante.
En el siguiente enlace se puede encontrar un artículo sobre arte, en concreto sobre la tauromaquia en algunas obras artísticas de Picasso, escrito por el escultor Ramón Salarich:
http://salarich.com/mirondearte/picassotoros.html
Del mismo extraigo las siguientes citas que nos cuentan una curiosa anécdota sobre Picasso:
"El genial andaluz nunca dejó de asistir a las corridas, desde su Málaga natal, hasta a las últimas que acudió, ya en el exilio, en las francesas plazas de Nîmes o Arlès.
Picasso también se ha vestido de torero, como Goya. Ha tenido amigos toreros, como Luis Miguel Dominguín. y, por los toros, nació su amistad con Eugenio Arias, español, republicano y su barbero predilecto durante su residencia en Vallauris, en el Midi francés. Una amistad que se mantendría hasta la muerte del artista. Asistieron juntos a muchas corridas de toros y muchas fueron las vivencias y anécdotas que protagonizaron.
En el transcurso de una corrida que presenciaban los dos amigos, un picador le brindó la faena al pintor malagueño, lanzándole su sombrero. Picasso se lo devolvió con un dibujo que había improvisado durante el transcurso de la misma. Al finalizar la corrida le comentó el picador a Eugenio Arias que uno de los toreros que intervenían en la fiesta le había ofrecido, nada más y nada menos, que cincuenta duros por su sombrero. Arias le aconsejó que lo recuperara porque había hecho un mal negocio. Años más tarde, se volvieron a encontrar y el picador le agradeció efusivamente el consejo que le había dado, ya que gracias al sombrero había podido comprarse una casa."
Actividad: comenta alguna anécdota que te haya pasado.
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