domingo, 20 de marzo de 2011

YO SE A SAL

¿Cómo diría?: “yo sepo a sal”, “yo sabo a sal”, “yo sé a sal” o ...¿será que ninguna de estas formas es correcta?.


Me puse a buscar por internet y encontré un delicioso artículo de don Arturo Ortega Morán, escritor mexicano con prosa muy sabrosa que explica esta cuestión de manera brillante y muy bien documentada:

Les destaco alguna cita clave:

"Suponiendo que usted sabe salado, ¿cómo diría?: “yo sepo a sal”, “yo sabo a sal”, “yo sé a sal” o ...¿será que ninguna de estas formas es correcta?
La respuesta, la encontramos en la historia del verbo “saber”. En latín, el verbo era “sapere”, con el significado de “tener sabor”. Tanta importancia daban los antiguos al sentido del gusto, que pronto lo empezaron a usar en sentido figurado. Por ejemplo, para decir “huele a chivo”, decían “hircum sapere”, que literalmente significa “sabe a chivo”.

Al pasar al castellano, “sapere” se convirtió en “saber”, y ya llegó a nosotros con su doble significado: “tener sabor” y “tener conocimiento”. Siendo el mismo verbo, entonces, su conjugación debe de ser igual, sin depender del significado a que nos refiramos."

Pues ya ven, yo tenía la duda pensando que esa acepción de tener sabor era una especie de acepción secundaria a la de tener conocimiento y resulta que la raíz latina de la palabra es justamente al revés, la acepción principal siempre fue la de "tener sabor".

1 comentario:

  1. el saber no es lo mismo que el sabor, por lo tanto al usar dichas palabras se expresan ideas muy disímiles con sentidos diferentes. creo que conjugarlas de maneras distintas entre sí si tendría sentido

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