miércoles, 2 de marzo de 2011

10 señales de que necesitas un cambio de empleo


Odiar el trabajo que uno hace es una de las cosas peores de la vida. Pero aún lo es más resignarse y permitir que esa insatisfacción se apodere de nuestra biografía. De ahí que, sea o no el momento oportuno de iniciar un cambio laboral, resulte clave conocer si esa sería la solución para nuestros males. Ante las siguientes alarmas, habría que empezar a preparar un plan B:


1.- Te cuesta levantarte por las mañanas. Sientes que no te levantas fresco y descansado, con ganas de darlo todo. Y te ocurre más días que los lunes por la mañana… Llegas tarde al trabajo a menudo y aprovechas la más mínima excusa para no fichar. Una conducta evitativa que se explica por la ira o la ansiedad que te invaden en la jornada laboral.
2.- No estás aprendiendo nada. Esta es una de las peores taras que puede tener un trabajo, pues no solo hace mella en la autoestima del empleado, sino que arriesga su futuro profesional, al aumentar sus papeletas para acabar con un perfil obsoleto.
3.- Odias a tu jefe. Y se trata de algo más que tener cintura para aguantar sus días malos. La mala relación con él te impide pensar en cualquier otra cosa. Tras intentarlo casi todo, te has convencido de que la única manera de modificar la situación sería cambiar de trabajo.
4.- La motivación se esfumó. Ha pasado ser un recuerdo esa época en la que eras el primero en llegar a la oficina y el último en marcharse. Que el trabajo salga mejor o peor, ahora te da igual. En el fondo sabes que solo un nuevo desafío –una nueva responsabilidad en esa u otra empresa- podría acabar con tu apatía.
5.- Crees que vales mucho más. ¿Cuánto más? Si subiéndote el sueldo un 10% o un 20%, estás convencido de que acabaría tu insatisfacción, entonces es que estás en el trabajo adecuado (solo tienes que ocuparte de conseguir ese aumento). Pero si por el contrario crees que deberían pagarte el doble para estar contento, entonces es que necesitas un cambio de trabajo o una promoción con el correspondiente reconocimiento económico.
6.- Hablar de tu empleo te da vergüenza. Cuando sale el tema laboral en tu entorno, evitas referirte a tus tareas o hablar de tu espacio de trabajo. Ese malestar para sincerarte con los demás pide a gritos que empieces a sincerarte contigo mismo acerca de tu satisfacción laboral. Si en una escala de diez, estás operando por debajo de cinco, te mereces encontrar otro empleo al que le encuentres más sentido.
7.-Te invaden los dilemas éticos. Además de que tienes la sensación de que quien eres en el trabajo no se corresponde con la persona que eres en la vida real, ejercer tus funciones te conduce a menudo a encerronas éticas, que acabas resolviendo siempre a favor de la empresa. Sus valores te rechinan porque chocan con tus principios.
8-. No te gustan tus funciones. Llevas más de un año en el puesto y no has interiorizado sus responsabilidades. Ejerces las funciones con falta de naturalidad. Parece que necesitas un nuevo cometido. Los expertos insisten en que hay que perseguir el desarrollo profesional. Probar suerte hasta dónde uno puede llegar.
9.- No miras bien a tus compañeros. Con o sin motivos, el caso es que no tienes una buena relación con la gente de tu trabajo. Llevas más de seis meses y aún no confías en nadie. Tienes la impresión de que algunos te ofenden, y por otros sientes envidia. Ese ambiente laboral no augura nada bueno.
10-. Sin perspectivas futuras. Te has dado cuenta de que se recurre a ti para muchos trabajos que nadie quiere hacer. Pero no andan tan prestos cuando se trata de hablar de tu futuro laboral. A tu jefe no solo se le olvida reconocerte el trabajo bien hecho, sino apostar por tu carrera profesional. Averigua qué planes tiene Recursos Humanos para ti y si podrías cambiarlos para mejor.

Actividad: escribe las cosas que más valoras de tu trabajo.
 

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