¿De dónde ha salido esta popular expresión?
Pues según los expertos viene de una segunda acepción del verbo birlar. Birlar, lo consideramos como robar,
pero según el diccionario de la RAE, también significa:
1. tr. En el juego de bolos, tirar por segunda vez la bola desde el lugar donde se detuvo la primera vez que se tiró.
De hecho como ven es la acepción principal. Pero la que más se usa es la de robar.
En jerga, se usa la palabra birloque para definir a un ladrón.
Como decía Francisco Ríos en la Voz de Galicia en un artículo del año 2003:
Su origen puede estar en la jerga de los delincuentes del XVII: birlar ('estafar', 'hurtar'), birlesco ('rufián', 'ladrón'), birlo ('ladrón'), birloche ('rufianesco'). El birloque era el ladrón hábil que actuaba ante su víctima sin que ésta lo percibiese.
La locución aparece con frecuencia en las mejores páginas de la literatura española. Así, escribe Torrente en La saga/fuga de J. B.: «Como era su costumbre, don Torcuato tenía la chistera puesta, así que ellos no se quitaron las suyas, sino sólo las capas y los gabanes, que, entregados a uno de los artefactos de su invención de que don Torcuato tenía la casa llena, desaparecieron camino de las perchas como por arte de birlibirloque».
De birloque, viene lo del arte de birlibirloque, que es como por arte de magia, de manera sorprendente.
Pues según los expertos viene de una segunda acepción del verbo birlar. Birlar, lo consideramos como robar,
pero según el diccionario de la RAE, también significa:
1. tr. En el juego de bolos, tirar por segunda vez la bola desde el lugar donde se detuvo la primera vez que se tiró.
De hecho como ven es la acepción principal. Pero la que más se usa es la de robar.
En jerga, se usa la palabra birloque para definir a un ladrón.
Como decía Francisco Ríos en la Voz de Galicia en un artículo del año 2003:
Su origen puede estar en la jerga de los delincuentes del XVII: birlar ('estafar', 'hurtar'), birlesco ('rufián', 'ladrón'), birlo ('ladrón'), birloche ('rufianesco'). El birloque era el ladrón hábil que actuaba ante su víctima sin que ésta lo percibiese.
La locución aparece con frecuencia en las mejores páginas de la literatura española. Así, escribe Torrente en La saga/fuga de J. B.: «Como era su costumbre, don Torcuato tenía la chistera puesta, así que ellos no se quitaron las suyas, sino sólo las capas y los gabanes, que, entregados a uno de los artefactos de su invención de que don Torcuato tenía la casa llena, desaparecieron camino de las perchas como por arte de birlibirloque».
De birloque, viene lo del arte de birlibirloque, que es como por arte de magia, de manera sorprendente.
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