Un estudio demuestra la relación entre el jarabe de fructosa de maíz y el
aumento de la diabetes
Un nuevo dato arroja algo de luz sobre el alarmante crecimiento de diabetes de tipo 2 entre la población infantil y juvenil. Endocrinos y nutricionistas han dado la voz de alarma en los últimos años sobre la aparición de enfermedades más propias de adultos y ancianos en niños, tal como la diabetes de tipo2.
Ahora, un nuevo estudio apunta a uno de los posibles factores de la espiral que encadena la obesidad: un edulcorante ampliamente usado en la industria alimentaria de EEUU para refrescos y bollería –la fructosa de maíz– está relacionado con mayor riesgo de sufrir diabetes. Este azúcar, que se encuentra de forma natural en la fruta o la miel, podría tener consecuencias negativas para el organismo en su "versión industrial", tal y como publica esta semana la revista Global Public Health. La conclusión llega a sostener que existe una asociación entre el consumo de jarabe de maíz de alto contenido en fructosa y esta enfermedad.
De hecho, la investigación comparó la ingesta de este derivado de fructosa en cuarenta y dos países de todo el mundo y la incidencia de la diabetes de tipo 2 en dichos países. El uso de este componente en alimentos elaborados supondría, según la publicación, una prevalencia de hasta un 20% más.
El endocrino Miguel Ángel Martínez Olmos, experto en diabetes e investigador del Ciberobn -Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad yNutrición– confirma esta teoría: "Sí puede ser parte del problema; hay un conjunto de factores que pueden llevar al aumento de obesidad y diabetes tipo 2 en niños y jóvenes. Es un puzzle en el que cada uno de sus componentes puede influir", señala el doctor. El uso industrial, en bollería, refrescos, zumos del jarabe de fructosa "puede producir un empeoramiento del metabolismo, al aumentar la resistencia a la acción de la insulina, por lo que la tendencia es a una mayor obesidad de la persona y a hacerse diabética", indica.
El experto avisa de que este edulcorante industrial "aunque no se metaboliza por la misma vía que la glucosa, la fructosa es un azúcar que en sus fuentes naturales no es para nada perjudicial; ni en el consumo de frutas, donde tiene gran cantidad de ventajas; solo es problemático cuando la fructosa se quita y se usa como edulcorante industrial". Tampoco existirían problemas, según el experto en el uso demesa "como sustituto del azúcar común".
Aunque en la industria española no está tan presente como en la norteamericana, Martínez Olmos alerta sobre "los zumos industriales, que con frecuencia, usan un edulcorante" y cuyo etiquetado "desconocemos hasta qué punto está bien regulado". "Es frecuente en refrescos y con algunos productos que se venden como dietéticos en los que se usa la fructosa como azúcar común", asegura. Para el público, el endocrino aclara que el valor calórico es el mismo que el del azúcar.
"El consumo en España no está tan extendido como en EEUU, pero en muchas ocasiones, debido a los procesos de internacionalización y de fabricación industrial, a veces no conocemos cuáles son las fuentes de los productos que se obtienen", alerta.
La pediatra y endocrina infantil Rosaura Leis también deja patente que "el aumento de los azúcares simples (como la fructosa), asociado a la obesidad y de las proteínas, de la grasa saturada y la disminución de los azucares complejos" han propiciado que ahora se vean enfermedades que eran de adultos, en edad infantil. "Vemos niños menores de 10 años con síndrome metabólico en edad prepúber, ligado a la obesidad", destaca en referencia a un trabajo realizado entre la Universidad de Santiago de Compostela y la de Córdoba, publicado en la revista Annual Nuter Metab 2011.
La nutricionista Amil López apunta a que el principal problema de consumo de jarabe de fructosa en helados, refrescos y bollería –"al igual que los aceites refinados"– es que el nivel de azúcar que se emplea "agota" mucho al páncreas. "Llega un momento en el que no es capaz de producir insulina al nivel que demanda esa alimentación y si esto se produce desde la infancia, puede darse diabetes de tipo 2, antes solo presente en adultos". Amil López se refire a los productos precocinados, helados de marca extranjera o ciertos productos importados, cada vez más presentes en nuestra alimentación.
Autor: E. OCAMPO/LA OPINIÓN DE TENERIFE
http://www.diariodeibiza.es/vida-y-estilo/salud/2012/12/04/cara-amarga-edulcorante/592317.html
Un nuevo dato arroja algo de luz sobre el alarmante crecimiento de diabetes de tipo 2 entre la población infantil y juvenil. Endocrinos y nutricionistas han dado la voz de alarma en los últimos años sobre la aparición de enfermedades más propias de adultos y ancianos en niños, tal como la diabetes de tipo2.
Ahora, un nuevo estudio apunta a uno de los posibles factores de la espiral que encadena la obesidad: un edulcorante ampliamente usado en la industria alimentaria de EEUU para refrescos y bollería –la fructosa de maíz– está relacionado con mayor riesgo de sufrir diabetes. Este azúcar, que se encuentra de forma natural en la fruta o la miel, podría tener consecuencias negativas para el organismo en su "versión industrial", tal y como publica esta semana la revista Global Public Health. La conclusión llega a sostener que existe una asociación entre el consumo de jarabe de maíz de alto contenido en fructosa y esta enfermedad.
De hecho, la investigación comparó la ingesta de este derivado de fructosa en cuarenta y dos países de todo el mundo y la incidencia de la diabetes de tipo 2 en dichos países. El uso de este componente en alimentos elaborados supondría, según la publicación, una prevalencia de hasta un 20% más.
El endocrino Miguel Ángel Martínez Olmos, experto en diabetes e investigador del Ciberobn -Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad yNutrición– confirma esta teoría: "Sí puede ser parte del problema; hay un conjunto de factores que pueden llevar al aumento de obesidad y diabetes tipo 2 en niños y jóvenes. Es un puzzle en el que cada uno de sus componentes puede influir", señala el doctor. El uso industrial, en bollería, refrescos, zumos del jarabe de fructosa "puede producir un empeoramiento del metabolismo, al aumentar la resistencia a la acción de la insulina, por lo que la tendencia es a una mayor obesidad de la persona y a hacerse diabética", indica.
El experto avisa de que este edulcorante industrial "aunque no se metaboliza por la misma vía que la glucosa, la fructosa es un azúcar que en sus fuentes naturales no es para nada perjudicial; ni en el consumo de frutas, donde tiene gran cantidad de ventajas; solo es problemático cuando la fructosa se quita y se usa como edulcorante industrial". Tampoco existirían problemas, según el experto en el uso demesa "como sustituto del azúcar común".
Aunque en la industria española no está tan presente como en la norteamericana, Martínez Olmos alerta sobre "los zumos industriales, que con frecuencia, usan un edulcorante" y cuyo etiquetado "desconocemos hasta qué punto está bien regulado". "Es frecuente en refrescos y con algunos productos que se venden como dietéticos en los que se usa la fructosa como azúcar común", asegura. Para el público, el endocrino aclara que el valor calórico es el mismo que el del azúcar.
"El consumo en España no está tan extendido como en EEUU, pero en muchas ocasiones, debido a los procesos de internacionalización y de fabricación industrial, a veces no conocemos cuáles son las fuentes de los productos que se obtienen", alerta.
La pediatra y endocrina infantil Rosaura Leis también deja patente que "el aumento de los azúcares simples (como la fructosa), asociado a la obesidad y de las proteínas, de la grasa saturada y la disminución de los azucares complejos" han propiciado que ahora se vean enfermedades que eran de adultos, en edad infantil. "Vemos niños menores de 10 años con síndrome metabólico en edad prepúber, ligado a la obesidad", destaca en referencia a un trabajo realizado entre la Universidad de Santiago de Compostela y la de Córdoba, publicado en la revista Annual Nuter Metab 2011.
La nutricionista Amil López apunta a que el principal problema de consumo de jarabe de fructosa en helados, refrescos y bollería –"al igual que los aceites refinados"– es que el nivel de azúcar que se emplea "agota" mucho al páncreas. "Llega un momento en el que no es capaz de producir insulina al nivel que demanda esa alimentación y si esto se produce desde la infancia, puede darse diabetes de tipo 2, antes solo presente en adultos". Amil López se refire a los productos precocinados, helados de marca extranjera o ciertos productos importados, cada vez más presentes en nuestra alimentación.
Autor: E. OCAMPO/LA OPINIÓN DE TENERIFE
http://www.diariodeibiza.es/vida-y-estilo/salud/2012/12/04/cara-amarga-edulcorante/592317.html
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